lunes, 17 de enero de 2011

A que piso va?

Según Pipo Pescador el viajar es un placer. Pero es más que obvio que no se refiere al viaje en ascensor.
 El ascensor. También conocido como elevador. Eleva a las personas al piso deseado…no siempre. Por mi parte el viajar en ascensor no se asemeja al placer sino al terror, al sufrimiento. Se sabe que en los edificios se encuentran todo tipo perfiles de la especie humana. Como la vieja que habla de cómo esta el clima; el pendejo mal parido que antes de bajarse toca 15 botoncitos; el vecino mala onda; el que se olvidó de enjabonarse las axilas, y por supuesto, el que viaja con perro.
Ascensor con rejas del año del pedo; ascensor forrado con alfombras junta mugre; ascensor de madera todo lustradito; ascensor chico de acero. Muchos tamaños, muchos diseños pero a la hora de sufrirlos no importa el modelo. Está el ascensor que habla en gallego y te da la bienvenida y está el que tiene alarma estilo central de bomberos y suena por unos largos minutos hasta que un pelotudo se digne a cerrar la puerta que dejó abierta.
Por ahora no me ha pasado, pero puede ser que el día de mañana me quede encerrada en el pequeño ascensor de mi edificio. No creo en Dios, pero si el barbudo por esas casualidades de la vida está leyendo mi blog le pido por favor ¡¡que nunca me pase!! Me puede dar un ataque de claustrofobia y puedo llegar a intentar cortarme las venas con un invisible! Si me llega a pasar ya tengo mi listita de no deseados a la hora del encierro.

Un evangelista: Como bien saben tengo varios problemas con la gente que practica esa religión. Mi problema es con ellos, no con la religión. Todo es gracias a Dios santo que nos ilumina. Un médico salva a un enfermo y todo lo ha hecho Dios, o sea que el médico se cagó estudiando 6 años para que le tiren todos los laureles al barbudo! Bue, entrando al tema que nos compete, quedarte en un ascensor con un evangelista debe ser la mismísima muerte. Este tomaría mis manos para rezar y pedirle a Jesucristo todo poderoso que eleve el ascensor hasta el piso deseado y que todos salgamos ilesos. Luego me invitaría a la iglesia todos los domingos para liberarme del pecado y si he mentido, Dios sabrá perdonarme. Besaría mi frente, me llamaría hermana durante toda mi estadía en el ascensor y hablaría estilo Flanders argento. La verdad, no es algo que deseo.

Nazarena Velez: Es de público conocimiento que ella TODO lo hace por sus hijos, que llora hasta por los codos y que tiene una constante actitud depresiva. Claramente al estar encerrada me contaría su historia con su hija Barbarita, como fue el día que le vino, en que cantidad y de que forma. Esa mujer no tiene límites y mucho menos cuando escracha a sus hijos en público! Luego de unos minutos, cuando se avive que está encerrada en un ascensor se largaría a llorar y tendría que apreciar en primer plano los mocos caer por su boca. Para no perder la costumbre, entraría en una depresión y estoy muy segura que se echaría la culpa, diría que siempre le pasa algo que sale de una y se mete en otra y tomaría ese episodio como el fin del mundo ¡cuando para el 2012 faltan 352 días! Además ya no es lo que era y muy lejos quedó la mina con un culo para veinte y las tetas en su lugar. Ahora tiene el cuerpo que corresponde para una mina que tuvo 3 hijos, fue adicta a las pastillas, pasó por todos los empresarios de Argentina y vive con retención de líquidos … aunque todavía no sé por qué, si vive llorando la hija de puta! Al salir nos esperarían una cola interminable de paparazzis que previamente ella llamó para que la entrevisten en estado de shock. Porque seamos sinceros, ¿a quien carajo le importa si Nazarena se quedo encerrada en un ascensor?

Mujer con voz de pito y nasal: El otro día tuve que viajar en ascensor con una parejita. Debían tener unos 18 años y a simple vista hacían una hermosa pareja. Ella era muy bonita…hasta que habló. Sinceramente no se como la aguanta el novio. Debe ser muy buena en la cama! Tenía una voz que perforaba el tímpano, sumamente nasal y hablaba pelotudeces a los gritos por celular. En el caso que este retoño del señor quede encerrada en un ascensor buscaría señal para llamar a su amiga y ¡¡contarle lo que le está pasando!! Muy alarmada no encuentra señal porque claro…estamos en un ascensor y la oyente pasaría a ser yo! La verdad, soy un ser con un grado de paciencia muy bajo y que se agota velozmente. Seguramente termino rociándole gas pimienta en su boca pero en pleno enojo no me daría cuenta que yo también sufriría ese ataque picante y bueh… terminaríamos las dos con perdida de conocimiento, pero para verle el lado positivo…¡¡no la tendría que escuchar!!

Y por último, pero no por eso menos importante….
Cristian Gill: Es un muchachito que muere de amor. Corrijo, está obsesionado con Luisana Lopilato. Tiene en twitter a todo el séquito que anda con la rubia tetona. Todos, incluyendo a su asesor de imagen, su vestuarista y su secretaria. Le falta Buble y la hace completa! Le recuerda cada 2 horitas cuánto la ama y dé que forma. Sinceramente no desearía compartir NADA con él y mucho menos un encierro. Seguramente tomaría su celular y le twittearía “Lu, mi vida hermosa, encerrate en un ascensor así nos conectamos. Te amo muchio muchio muchito!” Me tendría que bancar sus charlas sobre Lu y estoy más que segura que ese muchacho sesea. Pasaría toda su estadía en el ascensor twitteándole a Lu Lopilato lo que es estar encerrado sintiendo amor puro por ella. Pero como bien dije antes…en los ascensores no hay señal por lo que seguro intentaría acabar con su vida en honor a Lu Lopilato ¡¡¡por no poder decirle cuanto la ama!!! ¡¡Y vos que pensabas que los románticos ya no existían!!

Sea con quien sea, no me gustaría quedarme encerrada. Aunque es mejor eso a quedarme sola un largo tiempo entre el piso 8 y 9. No tendría con quien hablar. Justo en ese momento seguramente necesite ir al baño, y seguro sufriría de falta de aire y mi presión bajaría hasta la línea D del subte.
Desde mañana voy a empezar a usar las escaleras. Nunca se sabe... Voy a subir y bajar por las escaleras. De esa forma hago ejercicio y bajo los permitidos de más que me mandé por bulímica con alzheimer (como demasiado pero me olvido de vomitar) Aunque ahora que recuerdo… vivo en un piso 14… No, ni en pedo! Mejor sigo usando el ascensor y procuro siempre llevar conmigo: calmantes, tapones para los oídos, Glade toque brisa polar, cinta adhesiva y una pistola 22 milímetros con silenciador. 

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