jueves, 28 de octubre de 2010

Odiar es malo.

Dicen que odiar es malo… pero sinceramente odio muchas cosas y me importa un bledo lo que digan al respecto del odio.
Ya notaron el pequeño tema de mi histeria, la cual tengo sumamente asumida y el día que arme mi CV creo que voy a poner que soy hipocondríaca e histérica … nunca se sabe cuando un dolor de cabeza severo puede desatar mi gran histeria. Bueh, en fin, seguramente mi lista de cosas o situaciones a las cuales odio con los años se va a hacer más extensa, más de lo que es hoy. Para no hacer la entrada tan larga y que piensen que tendría que tener mi propio monologo en un teatro así expreso todos mis sentimientos sin limite de caracteres, decidí hacer un top 5 de mis odiados favoritos.

5) Los mails: Uy, si hay cosa más molesta son los mails!! De 100 que te mandan 2 son interesantes, 78 son de redes sociales de los cuales 15 son de invitaciones a eventos a los cuales no pensás ir; 8 son de publicidades de páginas que te ofrecen bajar de peso mágicamente, agrandar tu pene y/o encontrar al amor de tu vida que seguro se encuentra en Hong Kong y le gusta que vengas bien dotado; y el 15 restante son de cadenas pelotudas las cuales la gente cree que si no se lo reenvían a 89 contactos va a morir de una forma demasiado rebuscada y sacada de la película de terror más chota de la historia del cine o que va a tener mala suerte por determinado tiempo según el día que su vieja rompió bolsa. Ilusos, son todos unos boludos! Hace 10 años que corto cadenas y sigo vivita, tengo mala suerte pero tampoco como para preocuparme y que yo sepa nadie murió por no reenviar una cadena de morondanga. Encima los muy descerebrados no saben mandar mails con CCO (copia oculta) entonces volvés a recibir esa cadena, pero por un contacto del gil que empezó con la movida. Mi pregunta es… ¿Son boludos tiempo completo o se toman francos?

4) Hablar por teléfono: Supuestamente por ser mujer me tendría que encantar hablar por teléfono, pero lo odio! Con un mensaje o el cara a cara me basta. Eso de pasar horas pegado al tubo y que tu oreja empiece a transpirar o que tu hombro se empiece a contracturar por sostener el teléfono pegado a la oreja es detestable. Los primeros 5 minutos son útiles porque actualizás sobre tus vivencias del día a la persona que esta del otro lado del teléfono. Pero después que se contaron la vida, se cagaron de risa un rato y ya no tienen qué decir nace el silencio incomodo. La otra persona, fanática de las charlas telefónicas sigue hablando hasta por los codos, van 37 minutos de charla y para vos ya perdió sentido, no sabés que más contar y no escuchaste ni la mitad de la conversación ya que al mismo tiempo mirabas la tele, actualizabas tu twitter o hablabas por msn con la persona que te hace temblar la estantería. A todo esto tus respuestas son “Si, obvio” “Totalmente” “Claro”  y empieza el “eeeemmm que te iba a decir? Bueno, nada que se yo” Eso es la bienvenida para que se dé cuenta que la conversación no da para más y que querés seguir con tu vida normalmente. Igual lo peor de todo es la gente que en vez de mandarte un sms diciendo “OK” te llama y te dice “Bueno, dale. Quedamos  a esa hora…no sabés lo que tengo para contarte!!” Pero la puta!! No podés esperar a que nos veamos cara a cara? No me podías mandar un OK y listo?!?! Y ni hablar si te ponen para hablar gratis o tenés un nextel, eso es la mismísima muerte en bicicleta!!

3) Que anden mal los objetos tecnológicos: Que la computadora se cuelgue puede desatar la ira que tenemos todos los jóvenes en nuestra alma. Se tilda y queda así por unos pocos segundos, pero esos segundos son los ideales para putear a más no poder y pegarle al CPU o monitor. Lo peor de todo es que cuando vos estás al pedo sin hacer nada interesante pasando de inicio a perfil o de cronología a @menciones  la máquina no se cuelga, pero cuando vos estás en la mejor parte de una conversación via msn o cuando de metiste en un hashtag de la puta madre o cuando estás subiendo esas fotos que tanto te pidieron, o peor aún, cuando estas terminando un trabajo que tenés que entregar inmediatamente, la muy forra se cuelga y no hay nada que la haga volver a la realidad.
El celular. Por más que no me guste hablar por teléfono, que me ande mal el celular ni da, me quemaría los  dedos tipeando y mandando sms. Para mi es mucho mejor escribir que llamar. Además fija que el día que se te rompe el celular justo la persona que querés que te llame, te llama ese mismo día!! Meado por una docena de elefantes rosas!!

2) Las desproligidades/imperfecciones: Como ya dije en la entrada de la vez pasada, soy maniática del orden. Puedo no limpiar, pero si no está ordenado me saco, me pongo muy nerviosa y empiezo a ordenar. Por ejemplo: Puedo no hacer la cama durante el día, pero si a la hora de dormir las sábanas no están sumamente estiradas y el acolchado doblado en las puntas y que quede del mismo largo que las sábanas, no te duermo… pero de verdad eeeh! No duermo, empiezo a dar vueltas como una cucaracha en sus últimas, me quejo y me pudro, la deshago y la vuelvo a hacer. Si, ya sé. Tengo problemas. Otra es la típica cuando viene gente a casa, previamente ordeno, me tomo 2 horitas antes de que lleguen para ordenar todo y después prepararme, que me lleva como mucho media hora. O sea, que tardo más ordenando que preparándome!!!
Cuando llegan mis invitados no puedo dejar de ordenar cosas mínimas, desde papelito de chicle hasta la campera de alguien que la dejó en una silla, estiro bien la cama, acomodo los sillones… soy insufrible! Y no se cansan de pedirme que me desenchufe un rato y deje de romper las bolas. Es al pedo ¿No se dan cuenta que es más fuerte que yo? Es como una adicción (si, otra más en mi lista. Pero en esta nota no toca pito alguno) Puede que veas mi cocina con todos los platos sucios en la pileta, pero me encargo de apilarlos perfectamente y poner los cubierto en un vaso, cosa que quede “bien” visualmente. ¿Migas sobre la mesa? Lo peor que me podés hacer!! Las limpio y formo líneas y después las tiro. Me las llegás a desordenar y es lo último que hacés en tu vida!! Mi placard es sagrado: está todo ordenado por temporadas y uso que le doy a la ropa, los bordes de las remeras tienen que coincidir y solamente YO lo puedo ordenar. A veces esta bueno ser así, pero otras juega tan en contra que prefiero vivir en un quilombo de puta madre!!

1) Esperar: Creo que a todos nos molesta esperar. Esperar en colas de bancos, kioscos, supermercados es lo más embolante del mundo. Parado, quietito, avanzando a paso de hormigas culonas, media hora por pedido. Las cajeras tienen menos energía que una babosa en estado vegetativo, es increíble!!! Le piden permiso a un brazo para mover el otro y cobran por eso!
A las salas de espera les tengo pánico. Mientras vos esperas a que el dentista termine de hacer sufrir a la glotona que le entro demasiado a los caramelos y ahora tiene unas 20 caries, podés dedicar tu tiempito a leer esas revistas que tienen olvidadas, desteñidas y en un rincón sin ser leídas, como por ejemplo pronto y caras de hace unos 13 años atrás. Cuando Tinelli se empezaba a llenar de oro y Susana revoleaba ceniceros, Mirtha seguía tan hecha mierda como hoy, a Bernardo Neustad se le escapaba un huevo y Rial y Canosa se amaban, se chupaban las medias mutuamente y deschavaban a famosos tramposos. Siempre esta el bebé que llora desde que llega hasta que se va y parece que la madre es sorda. También te puede tocar de vecina de espera una linda viejita que empiece la charla con un “Que clima che…” y desde ese momento no deja de hablar hasta que dicen ¿Pechos Adela? Cuando escuchás eso, respiras profundamente y volvés a escuchar al pendejo chillón. Otra espera molesta es viajar en ascensor con ese vecino mala onda, que lo único que dice es ¿A qué piso vas? Y eso es todo. Silencio y espera, una combinación de mierda. No sabés para donde mirar, simplemente esperás a llegar a tu piso y rogás al cielo que el ascensor llegue a destino sin problema alguno. Mientras esperás llegar, hacés que revisás tu celular, mirás para arriba, mirás la botonera para ver cuanto falta y por último, mirás el piso. El vecino sin lengua llega a su piso y te dice “Chau. ¡Gracias!” ¿Por que gracias? ¡¡Si yo no hice nada para recibir un gracias!!
Algo muy similar sucede cuando te quedás a solas con ese amigo del primo de tu amigo que es un embole con patas, con cara de boludo y lo único que te dice es “¿Tardarán mucho?” Internamente te puteas y te preguntas ¿¿Por qué carajo no fui con ellos?!?! Y bueh, mientras tanto mirá a tu alrededor para ver si algo te puede salvar de esa situación del orto.

Podría seguir días y horas escribiendo todo lo que odio, pero ustedes se cansarían y yo quedaría como una neurótica de mierda (Lo soy, pero finjo no serlo) Seguro muchos coinciden con varios puntos y si es así… mejor!!! De esa forma no me voy a sentir tan quejosa. Dicen que si uno se queja envejece más rápido… yo por las dudas ya tengo mis cremas anti age.