domingo, 25 de septiembre de 2011

Ser sola en público.

Acabo de cumplir un paso muy grande en mi vida solitaria. Como todos saben, soy sola. No es novedad. Hace ya un año que les comento sobre mi soltería en soledad. Soltería en soledad no es lo mismo que la frase tan usada “Soltera si, sola no” Bueno, yo sí soy sola. Soltera y sola.

Me gusta ser sola… por momentos. De chica yo era sola y por eso mi mente creó ciertos personajes que pasaron a ser parte de mi infancia. Los amigos imaginarios pasaron a ser parte de mi vida cotidiana. Creo que desde ese momento me gusta hablar sola. Sí, me gusta. Estoy en la ducha y me planteo situaciones. Situaciones que nunca suceden con respuestas que nunca termino dando. Hoy más madura, abandoné a los amigos imaginarios y me hice una cuenta en Twitter.
Supongo que mi inconciente pudo ver el futuro y supuso que en unos años yo iba a ser sola y que iba a tener que afrontar la situación. Por eso no me molesta ser sola. No me molesta mientras el ser sola implique estar con una computadora que contenga Internet para poder acceder a Twitter. Tampoco me molesta si estoy con música o en mi cuarto. El ser sola sin nada que me haga olvidar que soy sola, me deprime.

Evito ser sola en lugares públicos porque las situaciones que se generan son con ganas de cagarte la soledad. Siempre está el mozo forrito que te ve en una mesa y te dice 
-“¿Espera a alguien?”
-“No, soy sola”
Ok, es su trabajo, pero que trabaje con otras preguntas.

Como bien les comenté al principio de la nota, cumplí una meta para los solos. Ir sola al teatro. Ir sola al teatro es fuerte. Es fuerte porque ir al teatro suele ser una salida de primera cita pasados los 25 años. Cosa que no pasa con el cine. Ir al cine es salida de cita puber o adolescente. Vas al cine a tocar culo, no vas por la película. Se supone que pasados los 20 vas madurando, el tocar culo en lugar público te da pudor y entrados los 25 claramente pensás en coger pero también pensás en que estar solo por el resto de tu vida y que toda tu familia te pregunte si te hiciste homosexual, no esta bueno. Además, compartir saliva y tocar culo mientras el actor está sobre el escenario tampoco esta bueno, así que no te queda otra que fingir ser maduro, guardar las manos en el bolsillo y prestar atención al show.

Mi objetivo fue ir a ver a Cristian Domínguez en Elexperimento de Cris”  junto a La Hilarante como invitada. Dicho sea de paso, me cagué de risa y me sacaron el mal humor que me trajo el objetivo. Me puse de mal humor porque horas antes de darme cuenta de lo que iba a hacer, empecé a buscar cómplices. Nadie quería, nadie podía y en realidad…mejor. Mejor porque no estuvo mal ser sola en el teatro. Además, haber cumplido este objetivo seguramente me sirva para adelantar el alta con mi psicóloga.

Al llegar a la boletería claramente fui por la entrada. La entrada para dar por cumplida mi misión de sola. La chica, divina, me quiso cobrar $10 más cara la entrada después de haberme hecho sentir como el orto al preguntarme “¿Cuantas entradas querés?” “Y…una, pelotuda,¡una sola entrada!” Me hizo sentir como el orto. Ya había olvidado el hecho de estar sola comprando entradas para ver una obra sola, sentarme sola y reírme sola. Creo que no era necesaria la pregunta. En todo caso vendeme una y yo te pido más entradas. Que se yo... Ojalá nunca le pase. O sí, que le pase, así aprende.

La conclusión es que ir sola no está mal. Podría ser peor. Podrías ir a un obra de mierda, aburrirte y recordar que sos sola y que no podés dejar que te toquen el culo por el aburrimiento simplemente porque estas sola. Por suerte “El experimento…” me hizo olvidar que mientras ellos me hacían reír, había gente que seguramente se estaba tocando el culo en alguna sala de cine o peor aún… en albergues transitorios.

martes, 13 de septiembre de 2011

El Martes 13 son los padres.

La pelotudez se vuelve a hacer notar. Hoy es Martes 13 y la gente ya imagina el final de sus días de forma trágica, dolorosa y salida del film “Destino final”.

Evitan casarse. Tratan de no subirse a barcos. Ven un gato negro y se ponen paranoicos. Tratan con cuidado los espejos, no sea cosa que se rompan y la mala suerte no sea sólo un Martes 13 sino durante 7 años. Intentan no mirar Harry Potter porque es una película británica y los colorados abundan. Y vaya uno a saber cuantas cosas más hace la gente con tal de escapar de la supuesta mala suerte disfrazada de Martes 13.

La realidad es que la mala suerte no se va a fijar qué fecha es, ua que si te tiene que cagar el día, te lo caga. La peor realidad es que la gente le echa la culpa de su vida de mierda al Martes 13. Si tu vida es una mierda y justo te das cuenta un Martes 13, no pongas al resto del mundo paranoico. Bancatela solito. Si se te para el auto en plena autopista en hora pico, no es el Martes 13, es que tenés un auto de mierda y no lo podés cambiar. Si te deja tu pareja, no es culpa de la fecha, quizá es porque sos una persona que no le sirve en su vida y prefiere cambiarte antes que matarte y terminar haciendo armas tumberas en la cárcel de Devoto. Si estás llegando a la parada del colectivo y se van 3 colectivos vacíos y el cuarto viene lleno, no es el Martes 13….es la realidad de transportes argentinos.

Algunas personas están todo el día comentando que es Martes 13 para sembrar pánico y paranoia en las calles de la ciudad. Como por ejemplo los noticieros, que pasan a tener un segmento vergonzoso mientras de fondo suena una supuesta música de suspenso. La música de suspenso va acompañada de un relato periodístico digno de un ACV, el tono de voz trágico, las imágenes de la época en que Carlitos Bala todavía no tenía canas ni era reemplazado por Piñon Fijo, los “trucos” de vieja de barrio para ahuyentar la mala suerte y por supuesto, el notero, que ni siquiera sabe por qué nació, haciendo entrevistas en las calles más transitadas de Buenos Aires a gente que va demasiado apurada y el Martes 13 le chupa un huevo de Neustadt.

Las viejas dicen que si te barren los pies, te barren la suerte. Yo les voy a comentar que a mí me barrieron los pies y siempre que barro (bastante seguido, ya que mi obsesión por la limpieza sigue intacta) mi propia torpeza me barre los pies. También tuve un gato negro. Se me rompió un espejo tamaño cuerpo de patovica. Me cruzo con colorados y no me toco la teta izquierda y a pesar de todo eso tengo mucha suerte. MUCHA. Por eso tengo un blog, por eso me bajaron 3 puntos en un examen por decir “países asiáticos”, crezco pero sólo de ancho y hace dos años que busco una persona interesante pero lo único que consigo son seguidores en Twitter y una eterna soltería imposible de eliminar.

Por las dudas les recomiendo que no se casen (No importa la fecha…¡NO SE CASEN!) Ni tampoco viajen en barco, no sea cosa que en pleno Mar Argentino aparezca un Iceberg y pasen a ser Jack que muere en manos de Rose (El cambio climático esta jodido y nunca se sabe donde puede aparecer un iceberg). No tengan gato negro, la gente les tiene miedo y por más que lo deseen con todo su corazón, los gatos negros no hablan como Salem, de Sabrina la Bruja adolescente. Ah, y no tengan espejos, sólo sirven para hacernos dar cuenta que los postres empezaron a hacer efecto, que la ropa nos hace lucir como un matambre navideño y que los años y las pocas horas de sueño nos hacen tener cara de drogadictos en recuperación y les aseguro que nada de eso es culpa del Martes 13 ni del Miércoles 14.