viernes, 23 de diciembre de 2011

Crónicas de una navidad anunciada.

Llega fin de año y la gente se pone poco tolerante y pelotuda. Bolsas gigantes golpean tu cuerpo para abrir camino en el shopping; mujeres compiten por quién agarra primero la última remera talle M; los empleados atienden como el culo (como siempre, pero en esta época es peor) porque "están con miles de cosas a la vez" y los nenes parecen tranquilos porque los padres los amenazan con que Papá Noel no va a llegar este año si se portan mal pero todos sabemos que los papás ya se gastaron medio sueldo en ese juguete que en 2 meses termina roto o solo y abandonado como Woody de Toy Story.

De chicos las fiestas estaban geniales porque existía Papá Noel que nos traía cosas muy copadas y jugábamos toda la noche con los primos a prender estrellitas y sentirnos poderosos por esos pocos segundos que duraba "el fuego".
De grandes la cosa se complica porque hay que bancarse al tío copeteado; a la abuela sensible porque es fin de año y estamos todos reunidos; la prima en plena pubertad se torna insoportable y te tenés que fumar sus historias de mierda que para ella son más que geniales; los primitos con demasiada azúcar en sangre corren por todos lados y colapsan la paciencia; el tio boludo que al abrir la botella de champagne quiere jugar a "¡a ver quien se casa!" y las tias solteronas se hacen las boludas pero sueñan con que ese corcho caiga sobre ellas; el primo que se cree Bin Laden y prende petardos como si estuviese en plena tercera guerra mundial; la que se hace la boluda a la hora de lavar los platos; el familiar que siempre te regala lo mismo; la tia abuela que regala esmaltes del chino porque -nena, a vos estos colores te quedan maravillosos-; la que regala las bombachas rosas para que este año sea con amor (Hace 20 años que me regalan bombachas. El amor viene con delay. O quizá se refiere a amor de brownie con helado); el que empieza a llamar desde las 9 porque después no se puede comunicar; el menor de la familia que empieza a investigar sobre la existencia de Papá Noel; el que pone Crónica para tener la hora exacta; el nene que se caga en la hora de Crónica y pregunta -¿Cuanto falta? ¿Ya llegó? ¿Viene volando o en el 60?- Y siempre, pero SIEMPRE esta la conchudita que a las 23:45 les informa a todos los mini-creyentes que Papá Noel son los padres y ahí mismo empiezan los traumas que terminan en horas eternas de divan.
Ese fue mi caso. El 24, minutos antes de la llegada del gordo barbudo, la muy turra de mi hermanastra me informó que Papá Noel no era real. Yo estaba cantando y pidiendo a gritos la llegada del auto de Barbie y la muy forra me dijo que ¡no era real! 7 años. Siete años y una conchudita de alma me caga la ilusión. Después pasé a tener 2 sesiones de terapia por semana y a desconfiar hasta de Coca Cola y sus propagandas navideñas.

Este año en mi casa somos más de 20. ¡MÁS DE VEINTE! O la familia se reproduce como Gremlins o adoptamos africanitos y nadie avisó nada. Todo es genial y la navidad te aflora por los poros hasta que te toca cocinar. Te ven cara de Doña Petrona y te embocan todos los alimentos. Por lo general las abuelas se encargan de eso mientras que el resto se encarga de engordar 3 kilos por minuto. Mi abuela ya murió y la realidad es que no cocinaba como todas las abuelas. Cocinaba bastante mal. Me vino fallada y sin garantia. Madre heredó ese don aunque en el último tiempo, y con varios programas de Utilisima en su haber, aprendió a encender el horno y a cocinar.
Las fiestas son como las dietas en las que decis "Arranco el Lunes" y llega el Lunes y seguis morfando como bulímica con alzheimer. En el caso de las fiestas siempre decis "Voy a hacer todo 2 semanas antes y cocino el día anterior así el 24 estoy tranquila". Llega el 24 y mágicamente recordás que Papá Noel sos vos pero con menos kilos, que prometiste la mitad de la comida y que en la heladera sólo tenés tuppers llenos de cosas que no sabés si lo verde es parte del alimento o es algo nuevo que le creció con el tiempo.

En mi casa las fiestas son comerciales. Con madre decoramos toda la casa y pasamos a vivir 1 mes en Alparamis. Árbol de casi 2 mts, escaleras llenas de guirnaldas de pino, los espejos con esas gelatinas decorativas en forma de muñecos de nieve, estrellas y "Merry X-Mas!", un perro gigante que canta y baila canciones de navidad y los perros, reales, con vinchas de renos. Quizá sea mucha decoración pero si esto fuese una película de programación navideña de Canal 13 seguro ganaríamos el premio a la mejor casa navideña del barrio.

Dicen que hay rituales para después de las 12. Rituales fuera de salir, emborracharte y terminar con dos gorros de Papá Noel en lugar de corpiño. Rituales para traer plata, amor, felicidad, trabajo y hasta, si tenemos suerte, un unicornio con cola de arcoiris. Me enteré de estos rituales cuando tenía 15 años. Los dejé de hacer hace 3. Los dejé porque me ocupaban tiempo e ilusiones en el alma. Obviamente, siempre me sale la Susanita y pienso en el amor a la hora de los deseos.
Me dijeron de:
*El saludo de las 12 tiene que ser a un hombre. Siempre salto sobre mi tio fingiendo cariño y lo lleno de besos.
*También dicen que tenés que usar algo rojo. Una navidad llegué a estar igual a Po de los Teletubbies.
*Después dicen que tenés que comer 12 pasas de uvas con 12 deseos que quieras para que se cumplan por mes. Primero: el conchudo que hizo ese ritual trató de hacer una joda y se la tomo muy en serio. ¡¿PASAS DE UVAS?! Las pasas de uvas son una falta de respeto a la vida. Segundo: 1 deseo por mes, en total 12 deseos. 12 deseos que no dependen de las pasas de uvas porque si todo dependiera de ellas, las pasas ya hubiesen dominado el mundo.

Sea como sea, a mi en particular las fiestas me gustan, sobre todo el momento de comer y decorar la casa.
Lo que no me gusta es la pelotudez humana en estas fechas donde creen que está re bueno etiquetarte en fotos con animales, que no tienen un puto que ver con la navidad, con gorritos de Papá Noel y frases de buenos deseos. Te escriben en tu muro cosas que copian y pegan y que tienen 500 íconos que ni siquiera sabías que alguien los había diseñado. Más aún odio al que intenta llamarte a las 12 sabiendo que detestas profundamente hablar por teléfono. Además intentan e intentan pero nunca lo logran porque seguro hay 15.000 pelotudos más haciendo lo mismo pero sólo hay 1 que logró lo que quería.
Por mi parte sólo le voy a pedir a Papá Noel que los pantalones me entren después del 1 de Enero.

lunes, 5 de diciembre de 2011

La vida 2.0

Como ya todos saben, soy una persona muy tímida y colgada a la hora de planear salidas pero últimamente, hace 2 fines de semana que vuelvo de madrugada, paso el día sin dormir y al día siguiente tengo que juntar los restos de joda que deja la juventud en mi cuarto.

La idea de ir a bailar no es de mis favoritas. La realidad es que siempre la paso como el orto. El ser bajita me deja a la altura justa de la transpiración humana. La gente no te respeta y al pasar te apoyan sus axilas húmedas en la cara y de esa forma te vez obligada a: A) Correrte y dejar pasar al forro con olor a pizza de fugazzeta o B) Putearlo por llenarte de cebolla la cara…
El ser petiza también juega en contra a la hora de llevar el trago entre la multitud. Siempre termino con olor a borracho de colectivo por culpa del que me tiró media cerveza encima porque “no me vio”. Además, tirar cerveza es pecado! Podes joder con coger, tener hijos y no bautizarlos pero con tirar cerveza no se jode.
Algo que no se puede hacer en los boliches, pero que todo el mundo intenta, es hablar. Todos queremos hacer algún que otro comentario al que todos van a responder con un “si, totalmente” pero jamás lograron escuchar con exactitud. Responder con un si o no a esos comentarios puede traer muchos problemas. Quizá te estaban ofreciendo cometer un crimen e ingenuamente respondiste que si. Quizá te decían de ir a su casa a “ver una película” y respondiste que no. Pero el problema está en que si respondés más de 2 veces con un “No te escuche, ¿qué dijiste?” no sólo vas a quedar como un sordo pelotudo sino que también te van a mandar a cagar o directamente no te van a decir nada más.
Todo eso me pasó en una fiesta a la que fui uno de estos Viernes. Una fiesta a la que supuestamente no fui invitada pero era pública. Una fiesta donde el sentimiento post “fiesta” fue compartido con el 90% de los integrantes de la misma. Ese 90% no pasó más de 2 horas en el antro con música estilo asalto de los 90’, muchos se quedaron dormidos, el alcohol pegó 1 hora tarde, cuando ya estaban en sus camas, y otros, los conscientes e inteligentes, llegaron, saludaron y se fueron antes de pasarla como el culo. Resumiendo: La pasé bastante mal pero con todo el calor que hacía debo haber bajado unos 5 kilos. El tema es que no se nota.

El sábado me di el gusto de estrenar mi cuarto después de 6 meses encerrada en el mismo. Fue un sábado muy Skins. Éramos 23 personas y el alcohol no entraba en la heladera. Mi heladera nunca estuvo tan llena, ni siquiera con comida. Fue como una fiesta vip de twitteros pero de los buena onda. Mis ventanas fueron el sector futuros enfermos de cáncer de pulmón y el centro estilo “autoayuda” donde algunos contaron anécdotas como: La primera paja y la foto que usar para ella; su oculto fanatismo por Gilda y que grasadas hicieron por amor.
Como ese sábado no nos bastó, hicimos algo el viernes y domingo siguiente. Últimamente veo más a los chicos de la red social que a mi propia familia.
El domingo los twitteros entraban a mi cuarto de la nada, sin ser esperados. Mi cuarto era como el departamento de Mónica y Chandler.
Madre les quiso ir abriendo la puerta a cada uno de los que iban llegando para ver que no me junte con narcos o gente sin dientes o que no sean pedófilos encubiertos. Es que toda madre desconfía de la gente de Internet. Es más, algunas deben pensar que Mark Zuckerberg es un asesino en serie que roba información para después hacerse millonario, secuestrarte y matarte. Aunque mi madre se suscribió a la cuenta del judío oportunista de Zuckerberg para seguir todos sus pasos por la red social azul.

Yo creo que el viernes fuimos parte de una película sobre adolescentes Yankees, no hay duda alguna. Todo fue bastante bizarro y exagerado… de parte de una vecina.
Todo arrancó en una terraza. Sin luz en el edificio y 30° en plena noche. Hace 20 años la gente podía vivir sin aire acondicionado pero hoy en día la tecnología nos hace asquerosos y dependientes de ella por lo que estar sin aire nos obligó a estar en una terraza muy copada que pedía a gritos nuestra presencia. A gritos los vecinos nos pedían que bajáramos el volumen de nuestra voz, que dejáramos de reír y si era posible, también de respirar.  La realidad es que no estábamos gritando, la acústica del ambiente era demasiado buena y ellos nos escuchaban con demasiada perfección.
A lo que iba con que fue una noche bizarra y exagerada es que algunos vecinos parecían pacientes escapados del Borda. Una vieja en lugar de gastar su tiempo durmiendo, mirando a la Canosa en su horario de madrugada o jugando a “hágalo usted misma” gastó su tiempo en espiarnos desde el balcón con un camisón blanco bastante largo, los pelos despeinados y raquítica como el traba de obedece a la morsa. Por un momento pensé que era Linda Blair versión Caballito. La mina no sólo nos dió charla y nos contó sobre su vida de mierda mientras le mandaba saludos a nuestras madres sino que también se tomó el tiempo de abrir la bolsa de Rolitos y tirarnos un par. Si nos tiraba el hielo 1 hora más tarde nos servia para el fernet pero no, fue una desconsiderada, encima que tiró hielo, el hielo es agua y el agua es un recurso cada vez más valorado estos días, pero nos lo tiró muy temprano y no le pudimos dar utilidad. También nos tiró un balde de agua y ¡hasta una banana! Niños muriendo de hambre y la vieja mal cogida nos tira una banana…
Como eso no logró su felicidad nocturna, también quiso cumplir con su fantasía sexual y llamó a la policía, los invitó a pasar a su casa y desde el balcón vimos una luz blanca. Por un momento pensé que me había llegado el tan de moda ACV y que estaba muriendo. Pensaba seguir la luz blanca para ver si Dios era real pero después escuche un “Eh gato, váyanse a dormir. Somos la policía” La policía no sólo hablaba como los padres de los Wachiturros sino que también se tomaron el tiempo de discriminar y nos llamaron “mogólicos”.

Vale aclarar que estábamos alrededor de 5 edificios de 10 pisos cada uno y sólo una vieja se quejó. Otro cambió las sábanas unas 3 veces y la vecina de enfrente se puso a trapear la casa a las 6 am totalmente desnuda. Fue como estar viendo Gran Hermano en vivo.

Después de tener tanta gente en mi cuarto me da miedo que la super-tecnología haya llegado a ellos y que me pongan cámaras secretas por todo mi cuarto. Es uno de mis mayores miedos… Quizá tenga que volver a terapia para poder tratarlo o quizá tenga que aprender a sacarme el corpiño sin pelar tetas, por las dudas, uno nunca sabe cuando realmente la están espiando... Por las dudas tendría, que dejar de bailar Britney Spears arriba del sillón.
La visión del Señor @mattlock_ desde el sector futuros enfermos de cáncer de pulmón.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

La guerra contra el abdomen de acordeón.

Como está por llegar el verano y el calor empieza a obligar a mostrar piernas y brazos, milagrosamente me avivé 3 meses antes que esto suceda y me anoté en Pilates (nuevamente) Este Pilates es distinto al de hace 1 año y medio atrás. Esto no es yoga ni nado sincronizado. Acá la hija de puta te mete peso y te hace hacer 100 abdominales rectos, 100 de cada costado, 100 círculos con las piernas, 100 círculos con las piernas pero para el otro lado, 100 de brazos y seguro en 1 semana me agrega 100 de otra parte del cuerpo que hasta el momento desconozco. Lo bueno de hacer 100 de cada cosa es que ya no sufrimos con el “5 más” “¡¡¡Dale, dale, no seas flojita, 8 más!!!” Lo peor no son esas frases sino qué hace mientras las dice. Mientras nosotras sufrimos en la camilla como sintiendo el volcán chileno largar lava en mi abdomen, la amada profesora habla de su fin de semana, se toma unos mates y jode con el resto de las profesoras que ¡oh casualidad! también se encuentran haciendo sufrir a otras mujeres en otro tipo de clase.
Conclusión: En 2 meses notás el cambio pero mientras ella charla y no hace un carajo, yo salgo del centro temblando cual gelatina al ser desmoldada; temblando cual finalización de un buen sexo; pero NO, no soy ni una gelatina de frutilla ni acabo de coger placenteramente. Acabo de hacer 300 abdominales y 200 trabajos de piernas en Pilates. SI, ¡Pilates!

Todo empezó en mi sesión de terapia. Soy una persona muy insegura de mis rollos y culo flácido, tal es así que llevé el asunto al diván y mi querida terapeuta (Que me dió el alta. Todavía no entendemos por qué pero deducimos que es porque se pudrió) me dijo:
-En la próxima sesión vamos a hacer un par de ejercicios para que te sientas mejor con tu cuerpo.
Odio que me dejen con la duda, por ende fui todo el regreso a casa imaginando esos ejercicios. Primero pensé que me iba a hacer caminar desnuda por una avenida con un cartel que dijera “Vivan los cuerpos y las mujeres reales”. Después me di cuenta que hacía frío para mis tetas y que mi terapeuta no me quiere ver presa, por ende no me haría hacer eso. También pensé que me iba a dar unos anteojos que distorsionan imágenes para poder ver mi cuerpo igual que el de Megan Fox y al resto verlos como los de Cuestión de Peso. No aguanté la incertidumbre de saber cual iba a ser ese ejercicio para sentime mejor con mí cuerpo y entonces me anoté en Pilates.

Las que hacemos Pilates tenemos que soportar a los pelotudos que te dicen
-Pilates es una boludes.
-Es lo mismo que el Yoga pero el Yoga es mejor.
-Vas a seguir siendo gorda.
-Pilates es re flojo.
¿Flojo? ¿Boludés? Vení vos a tirarte en una camilla y conocer, a través del sufrimiento, músculos que no sabías que existían, ¡la puta que te parió! Seguro son los mismos pelotudos que ven a una mina y la prefieren flaca. También deben ser los pelotudos que van muy cancheros al gimnasio a “hacer fierros” y levantan pesas con la cara de Travolta peinándose el jopo de Danny Zuko pero cuando las largan lloran internamente o llegan a la casa y se toman un relajante muscular.

La realidad es que elegí volver a la camilla para sufrir por el simple hecho que este año no me quiero esconder detrás de reposeras o sacarme la remera y que se vea el acordeón que tengo en lugar de abdomen; pero después recibí la hermosa noticia de que rindo los finales la primera semana de Marzo, así que estoy yendo a Pilates para quedarme todo el verano estudiando en casa. ¡OJO! Estudiando pero con abdominales y culo marcado.



Entonces creo que la idea de Pilates es sufrir como una gorda pastafrolera arrepentida mientras haces 300 abdominales para no ser un depósito de ravioles en el verano.

domingo, 16 de octubre de 2011

No le den drogas a la pubertad.

Hace 1 semana y unos días - varios - fui al Konex para ver Onda Vaga. Una banda que a mi me gusta mucho pero algunos dicen que son enviados de Dios por sus barbas y pelos largos.
Hasta no hace tanto tiempo, era un grupo que subían al escenario descalzos, con la primera remera sucia que encontraban en la casa y no eran sex symbols. Todo hasta que radio Disney empezó a hacer sonar sus temas y todas, las que hasta hace 5 meses eran fans de Casi Ángeles, empezaron a sentir amor por “el que toca la trompeta”, “el lindo de barbita” y demás apodos que les van poniendo a los integrantes. La realidad es que estas chicas son púberes con las hormonas totalmente revolucionadas y cualquier cosa fuera de Cris Morena y el Gran Rex pasa a ser “lo prohibido”. Hasta hace 5 meses le decían “rocanrolear” a “coger” y creían en que los viajes en el tiempo son RE posible. El día del recital me dio ganas de volver en el tiempo y ver a Onda Vaga sin esas púberes. Por momentos me sentí en el recital de Justin Bieber. Las pendejas gritaban como si estuviesen viendo a los Backstreets Boys usando la remera de Argentina mientras bailan sexymente “Get down” y movían la pelvis. Bueno, acá nadie movía la pelvis, ni usaba camiseta de Argentina ni tiene un tono de voz bastante femenino.

El recital no solo parecía la salida de la primaria privada del barrio sino que también tenía un estilo ritual umbanda. Los menores de 18 se pasaron de brownies mágicos y abrían círculos entre el público para meterse en el centro, tirarse en el piso, gritar y arrodillarse mientras fingen alabar al transa que le vendió el porro al cocinero mágico. Hacer un círculo dos o tres veces es aceptable pero si lo haces 2 o 3 veces por tema sos merecedor de una intoxicación por prensado paraguayo. Claro, ellos se debían sentir muy rebeldes. Se debían sentir protagonistas de un capítulo de Skins pero los de afuera, los normales y “sobrios”, lo veíamos como una nota de Facundo Pastor para America Noticias.

Algunos desubicados ya hicieron un club de fans y hasta llevaron la bandera para tirarla sobre el escenario y pedirla de nuevo. Los chicos de Onda Vaga se debía sentir como Axel Rose de los 90’.

Como en todos los recitales, la paso como el orto gracias a mi altura. Mis gemelos arden al segundo tema gracias a intentar ver haciendo puntitas de pie…nunca funciona. No sólo soy petiza sino que también soy lo que las viejas llaman “de huesos chicos” Eso es lo mismo que decir “Te hicieron sin ganas, en un cortito o te falto alimento en los 3 primeros años de vida”. Entonces al ser “de huesos chicos” el pogo abusa de mi y me lleva para todos lados, nadie me ve y cuando me ven se ríen y dicen “¡¡Uh, no debes ver nada!!” Como si fuese gracioso hacer comentarios obvios! Esta vez tuve suerte y se ve que el Dios del prensado paraguayo escuchó las alabanzas de los púberes drogados y me ayudó a perderme en el pogo pero mágicamente a aparecer al lado de mi grupo.
Envidio profundamente a esas conchuditas que pesan medio kilo y los novios las levantan en los hombros y ellas ven perfecto mientras yo las tengo adelante con su raya del culo en primer plano. Las envidio insanamente no por el novio (milagrosamente) sino porque les pueden hacer upa y durar más de medio tema en los hombros del flaco sin que este se queje o le empiece a doler la cadera. Yo seré de huesos chicos y mediré poco pero las harinas generan kilos y esos kilos son mucho peso para los hombros de un hombre. Igual nunca me hicieron a upa en un recital… nunca tuve a nadie para que me haga upa en un recital… El día que tenga un chico para que me lleve a un recital y me haga upa voy a procurar bajar 10 kilos…o que esté entrenado. 

domingo, 25 de septiembre de 2011

Ser sola en público.

Acabo de cumplir un paso muy grande en mi vida solitaria. Como todos saben, soy sola. No es novedad. Hace ya un año que les comento sobre mi soltería en soledad. Soltería en soledad no es lo mismo que la frase tan usada “Soltera si, sola no” Bueno, yo sí soy sola. Soltera y sola.

Me gusta ser sola… por momentos. De chica yo era sola y por eso mi mente creó ciertos personajes que pasaron a ser parte de mi infancia. Los amigos imaginarios pasaron a ser parte de mi vida cotidiana. Creo que desde ese momento me gusta hablar sola. Sí, me gusta. Estoy en la ducha y me planteo situaciones. Situaciones que nunca suceden con respuestas que nunca termino dando. Hoy más madura, abandoné a los amigos imaginarios y me hice una cuenta en Twitter.
Supongo que mi inconciente pudo ver el futuro y supuso que en unos años yo iba a ser sola y que iba a tener que afrontar la situación. Por eso no me molesta ser sola. No me molesta mientras el ser sola implique estar con una computadora que contenga Internet para poder acceder a Twitter. Tampoco me molesta si estoy con música o en mi cuarto. El ser sola sin nada que me haga olvidar que soy sola, me deprime.

Evito ser sola en lugares públicos porque las situaciones que se generan son con ganas de cagarte la soledad. Siempre está el mozo forrito que te ve en una mesa y te dice 
-“¿Espera a alguien?”
-“No, soy sola”
Ok, es su trabajo, pero que trabaje con otras preguntas.

Como bien les comenté al principio de la nota, cumplí una meta para los solos. Ir sola al teatro. Ir sola al teatro es fuerte. Es fuerte porque ir al teatro suele ser una salida de primera cita pasados los 25 años. Cosa que no pasa con el cine. Ir al cine es salida de cita puber o adolescente. Vas al cine a tocar culo, no vas por la película. Se supone que pasados los 20 vas madurando, el tocar culo en lugar público te da pudor y entrados los 25 claramente pensás en coger pero también pensás en que estar solo por el resto de tu vida y que toda tu familia te pregunte si te hiciste homosexual, no esta bueno. Además, compartir saliva y tocar culo mientras el actor está sobre el escenario tampoco esta bueno, así que no te queda otra que fingir ser maduro, guardar las manos en el bolsillo y prestar atención al show.

Mi objetivo fue ir a ver a Cristian Domínguez en Elexperimento de Cris”  junto a La Hilarante como invitada. Dicho sea de paso, me cagué de risa y me sacaron el mal humor que me trajo el objetivo. Me puse de mal humor porque horas antes de darme cuenta de lo que iba a hacer, empecé a buscar cómplices. Nadie quería, nadie podía y en realidad…mejor. Mejor porque no estuvo mal ser sola en el teatro. Además, haber cumplido este objetivo seguramente me sirva para adelantar el alta con mi psicóloga.

Al llegar a la boletería claramente fui por la entrada. La entrada para dar por cumplida mi misión de sola. La chica, divina, me quiso cobrar $10 más cara la entrada después de haberme hecho sentir como el orto al preguntarme “¿Cuantas entradas querés?” “Y…una, pelotuda,¡una sola entrada!” Me hizo sentir como el orto. Ya había olvidado el hecho de estar sola comprando entradas para ver una obra sola, sentarme sola y reírme sola. Creo que no era necesaria la pregunta. En todo caso vendeme una y yo te pido más entradas. Que se yo... Ojalá nunca le pase. O sí, que le pase, así aprende.

La conclusión es que ir sola no está mal. Podría ser peor. Podrías ir a un obra de mierda, aburrirte y recordar que sos sola y que no podés dejar que te toquen el culo por el aburrimiento simplemente porque estas sola. Por suerte “El experimento…” me hizo olvidar que mientras ellos me hacían reír, había gente que seguramente se estaba tocando el culo en alguna sala de cine o peor aún… en albergues transitorios.

martes, 13 de septiembre de 2011

El Martes 13 son los padres.

La pelotudez se vuelve a hacer notar. Hoy es Martes 13 y la gente ya imagina el final de sus días de forma trágica, dolorosa y salida del film “Destino final”.

Evitan casarse. Tratan de no subirse a barcos. Ven un gato negro y se ponen paranoicos. Tratan con cuidado los espejos, no sea cosa que se rompan y la mala suerte no sea sólo un Martes 13 sino durante 7 años. Intentan no mirar Harry Potter porque es una película británica y los colorados abundan. Y vaya uno a saber cuantas cosas más hace la gente con tal de escapar de la supuesta mala suerte disfrazada de Martes 13.

La realidad es que la mala suerte no se va a fijar qué fecha es, ua que si te tiene que cagar el día, te lo caga. La peor realidad es que la gente le echa la culpa de su vida de mierda al Martes 13. Si tu vida es una mierda y justo te das cuenta un Martes 13, no pongas al resto del mundo paranoico. Bancatela solito. Si se te para el auto en plena autopista en hora pico, no es el Martes 13, es que tenés un auto de mierda y no lo podés cambiar. Si te deja tu pareja, no es culpa de la fecha, quizá es porque sos una persona que no le sirve en su vida y prefiere cambiarte antes que matarte y terminar haciendo armas tumberas en la cárcel de Devoto. Si estás llegando a la parada del colectivo y se van 3 colectivos vacíos y el cuarto viene lleno, no es el Martes 13….es la realidad de transportes argentinos.

Algunas personas están todo el día comentando que es Martes 13 para sembrar pánico y paranoia en las calles de la ciudad. Como por ejemplo los noticieros, que pasan a tener un segmento vergonzoso mientras de fondo suena una supuesta música de suspenso. La música de suspenso va acompañada de un relato periodístico digno de un ACV, el tono de voz trágico, las imágenes de la época en que Carlitos Bala todavía no tenía canas ni era reemplazado por Piñon Fijo, los “trucos” de vieja de barrio para ahuyentar la mala suerte y por supuesto, el notero, que ni siquiera sabe por qué nació, haciendo entrevistas en las calles más transitadas de Buenos Aires a gente que va demasiado apurada y el Martes 13 le chupa un huevo de Neustadt.

Las viejas dicen que si te barren los pies, te barren la suerte. Yo les voy a comentar que a mí me barrieron los pies y siempre que barro (bastante seguido, ya que mi obsesión por la limpieza sigue intacta) mi propia torpeza me barre los pies. También tuve un gato negro. Se me rompió un espejo tamaño cuerpo de patovica. Me cruzo con colorados y no me toco la teta izquierda y a pesar de todo eso tengo mucha suerte. MUCHA. Por eso tengo un blog, por eso me bajaron 3 puntos en un examen por decir “países asiáticos”, crezco pero sólo de ancho y hace dos años que busco una persona interesante pero lo único que consigo son seguidores en Twitter y una eterna soltería imposible de eliminar.

Por las dudas les recomiendo que no se casen (No importa la fecha…¡NO SE CASEN!) Ni tampoco viajen en barco, no sea cosa que en pleno Mar Argentino aparezca un Iceberg y pasen a ser Jack que muere en manos de Rose (El cambio climático esta jodido y nunca se sabe donde puede aparecer un iceberg). No tengan gato negro, la gente les tiene miedo y por más que lo deseen con todo su corazón, los gatos negros no hablan como Salem, de Sabrina la Bruja adolescente. Ah, y no tengan espejos, sólo sirven para hacernos dar cuenta que los postres empezaron a hacer efecto, que la ropa nos hace lucir como un matambre navideño y que los años y las pocas horas de sueño nos hacen tener cara de drogadictos en recuperación y les aseguro que nada de eso es culpa del Martes 13 ni del Miércoles 14.

domingo, 21 de agosto de 2011

Infancias eran las de antes.


Hoy se podría decir que es un domingo más pero no, no es un domingo más. Es un domingo donde todo cambia. Desde las fotos de los perfiles de Facebook, los avateres de Twitter, los links subidos a las redes sociales y hasta las charlas a la hora de la comida. Todo pasa a tener color infantil. A recordar viejos tiempos. A recordar que los años pasan y que nuestros gustos de la infancia pasaron de moda. Hoy es ese día que todos esperábamos con muchas ansias. Hoy se celebra el día que usaban nuestras madres para amenazarnos y no regalarnos nada si nos portábamos mal. Las jugueterías se llenan y los dueños de las mismas vacacionan en Brasil gracias a los delirios infantiles con deseos carísimos. Hoy es el día del niño y todos te van a decir “Feliz día” para hacerte recordar que ya tenés que madurar y sentar cabeza. La realidad es que yo sigo pidiendo regalos y mi mamá me los sigue comprando. No sé si es porque todavía soy una inocente criatura e inmadura o si es que para mi madre voy a ser una eterna niña.

Desde que las redes sociales llegaron al mundo, las fechas “importantes” generan un grado de pelotudes mucho más alta. La gente saca su foto de perfil donde se encontraba enfiestada con un vaso de alcohol en mano y mágicamente aparece esa imágen de la  época en la que largaban mocos y lloraban por un helado. A veces son un poco más ingeniosos y cambian su foto de perfil por una foto de su dibujito favorito de la infancia. Con todo el respeto que me caracteriza les voy a decir que me parece una gran mierda. No se necesita un domingo de Agosto para recordar que ya no somos esos retoños que miraban Cablin o Cebollitas mientras tomaban leche con las galletitas Lezama, esos que jugaban con sus amigos imaginarios durante horas, que se rompían los dedos con el Tiki-Taka, que conocieron la muerte gracias a Mufasa o que le tenían miedo al pelotero. Ok, no sé si ustedes le tenían miedo al pelotero o si se rompían los dedos con el Tiki-Taka pero yo sí. Digamos que desde chica soy bastante pelotuda. Le tenía pánico a los peloteros ya que las pelotas de colores me absorbían como si fuera arena movediza y me podían llevar a una dimensión desconocida. Mi amiga Angie era la mejor amiga imaginaria del mundo. Venía a comer a casa y sacabamos a pasear a Manu, mi tortuga, con correa y un vaso sobre su caparazón por si se perdía. Antes de entrar al mar me sacaba la malla porque me molestaba para nadar. En realidad, andaba en bolas todo el día porque supongo que la ropa me molestaba fuera cual fuese la situación. Hasta que a mis 7 años que me dí cuenta que no podía andar en bolas por la vida. Ese día maduré. 
Mi infancia se basaba en hacer shows para la familia así los hacía reír y me aplaudían. También se basaba en contar chistes de chinos. Todavía los chinos no habían poblado Argentina pero se ve que desde chica tengo el poder de ver el futuro. Los chistes de chinos eran una mierda pero todos se reían. Seguramente era más graciosa que los “comediantes reidores” de Showmatch.

Cuando era chica, Tinelli no se babeaba con culos de putas baratas; Reina Reech tenía unas gambas envidiables, 20 años menos y cantaba junto a una muñeca gigante que realmente a los 5 años no me daba cuenta que la muñeca era tétricamente vomitiva; Marcela Kloosterboer actuaba como el orto, como ahora, pero era hermana de un dibujo; Xuxa ya no era actriz porno y se dedicaba a cantar canciones para los “paquitos” con un español de mierda y una ropa para no pasar desapercibida; y los huérfanos, con vidas de mierda y maltratados por la dueña del hogar, vivían en una super mansión pero llegaba la difunta de Romina Yan y los salvaba del mal.

En mi placard abundaban los enteritos de colores como los Parchis, los vestidos de flores, los zapatos de charol y de gamuza con hebillas gigantes que siempre me lastimaban el costado del pie, los chalecos de jean con miles de pins y los tiradores.
Por suerte uno crece, deja de usar frases como “Es una papa”, “No seas tonto”y "Esta re fuerte, es un potro" por “No me jodas las pelotas, es re fácil”, “Dale, no seas pelotudo” y "Esta más bueno que coger con lluvia"


Los niños crecen y pasan a tener tetas reales o compradas; culos con celulitis pero siempre esta la más conchudita que tiene un culo sin celulitis; barba que no se afeitan para parecer más adultos y ganar mas minas; complejos por el tamaño de su pito; caída precoz del pelo; granos; mal aliento por el cigarrillo y vómitos por resaca. Pero nunca se olviden que la gordita fea y pelotuda de la primaria es la misma que se convierte en terrible perra y te roba el novio. El feo lleno de granos termina siendo modelo. El lindo termina hecho un vomito y laburando como tarjetero de boliche para así tener su única oportunidad de tocar culos, y la linda que se creía Cindy Crawford termina gorda, limpiando baños y bailando Leo Mattioli en “El Tropi”
Prueba de que nunca le tuve miedo al ridículo. 


Mi foto para PlayBoy edición pedofilia.

lunes, 18 de julio de 2011

El amor te deja idiota.

Que idota te hace el amor”  Es una parte de una canción de La Bersuit (no es una banda de mi agrado) pero es una frase que siempre me pareció con doble sentido.
Se puede tomar como: 1) El amor te pega tanto que te pones estúpido y haces vergüenzas mundiales por la otra persona; 2) Mirá el idiota que te está cogiendo.

Ambas son posibles, ya que idiotas hay en todos lados y muchos hombres se esfuerzan horrores para lograr la idiotez. Algunos nacen sin necesidad de esforzarse para lograrlo. En mi caso viví las dos opciones. Tuve varios idiotas en mi vida pero dos hicieron vergüenzas mundiales por el amor y tuvimos lo que supongo que fue sexo.

Algunas personas se vuelven muy idiotas bajo los efectos del amor. Les escriben poemas a sus amados, les regalan flores, bombones, pulseras con una fecha especial grabada y hasta algunos, los más grasas e hijos de puta, cuelgan pasacalles y regalan peluches gigantes que dicen “Te amo”. Yo tuve un pasacalles: yo fui la vergüenza barrial. Igual lo colgó porque yo ya lo había mandado a cagar y no quería perder una chance fija para coger. Ese idiota me boludeo durante todo 1 año y se creyó que con un pasacalles de mierda me iba a poder re-conquistar. Pobre, creyó mal. En esa época yo vivía en un piso 14 sobre una calle repleta de árboles. Era principios de invierno a las 8am cuando me llamó por teléfono diciendo “¡mirá por la ventana!”. Con muy poca fuerza, ya que era muy temprano para mi cerebro, abrí la ventana e intente buscar algo fuera de lo normal. Los edificios seguían en su lugar, con el color y tamaño de siempre, los árboles tapaban la calle y…bueno, nada. Le dije que no veía nada y que pensaba seguir durmiendo. El muy cara dura, además de tomarse el atrevimiento de despertarme y hacerme mover de la cama, me pidió que bajara a la calle. Todavía me sigo riendo… Literalmente me reí por teléfono y le informé que no bajo ni para comprar facturas por lo que menos aún iba a bajar por él. Obviamente, siempre fui una chica con muchas responsabilidades por lo que en algún momento del día tuve que bajar y ver lo que se supone que fue una demostración de amor. El pasacalles decía “Te amo mucho, Jennifer” ¡Que hijo de puta! ¡Producto de un forro pinchado tenía que ser! Jennifer… puso JENNIFER. Odio que me digan Jennifer y el pelotudo puso ¡¡JENNIFER!! Además no hay muchas Jennifer en la cuadra por lo que era medio obvio quien era la “amada”. Hasta el portero sabía que el pasacalles era para mí. Igual, él para no dejar de ser pelotudo ni por medio segundo, colgó el pasacalles en la esquina de la calle cuando yo vivía a mitad de cuadra. No sé, debía pensar que tengo visión de rayos X.

También me regalaron flores. Los hombres se avergüenzan ante la sociedad llevando flores sólo en ocasiones como: funerales, nacimientos, aniversarios o porque se mandaron una cagada irremontable y quieren fingir arrepentimiento. Bueno, obviamente a mí me fingieron arrepentimiento. El flaco creyó que lo iba a perdonar por ser un loquito obsesivo, celoso obsesivo, pelotudo obsesivo y vaya una a saber qué otras obsesiones más tenía. El punto es que llegó a mi casa luego de llorarme por teléfono. ¿Ustedes se preguntarán que hizo? …además de nacer y llegar a mi vida… me llamó TODA la noche (si, TODA) mientras yo había salido con amigas y no sólo me hizo pelear con mis amigas porque claramente yo no estuve muy presente en la salida sino que también llamo a mi casa a las 6am y despertó a mi madre, que ya de por si ella lo odiaba con toda su alma pura y budista, y también me peleé con ella.
No me gustan los hombres que regalan flores. Dudo de los hombres que regalan flores. Bah, no de todos pero sí de los hombres que regalan flores después de mandarse cagadas. Bueno, entonces dudo del 99,9% de los hombres que regalan flores. Encima me regaló las flores que menos me gustan. Las clásicas. Igual, no es que yo sea una histérica y que nada me venga bien, sino que él ya venía de cagadas durante 2 meses. Celoso, se instalaba en mi casa durante 5 días, no se bañaba, era violento, escuchaba música de mierda y pretendía que yo también tuviese mal gusto musical. Ah! y lo fundamental… creía que cogía bien. Paaaabre.

¿Entonces cómo es? Que idiota te pone el amor o que idiota el flaco al que te estas cogiendo? Todo puede ser, seguramente todos/as hayamos tenido las dos opciones en nuestra vida y si actualmente tenés alguna de esas dos opciones…no entiendo por qué todavía no lo mandaste a freír churros a Las Toninas en temporada baja.

lunes, 13 de junio de 2011

Soltería... bendita tu eres.

Cuando me empiezo a llevar bien con mi soltería, cuando me deja de joder constantemente el hecho de estar sola hace 1 año y bastante tiempo…. Llega el invierno. No me gusta el invierno por varios motivos. Primero: porque odio el frío y tener que salir cual obesa a la calle después de llenarme de abrigo y parecer uno de los teletubbis. Segundo: porque el invierno nos genera ganas de dormir y la cama esta fría, por lo que seria genial tener una compañía que sirva como bolsa de agua caliente pero con sentimientos y que nos haga mimos. El invierno no sirve. No logro entender a la gente que dice ser “fanática” del invierno y esperan su regreso como si este fuese Mick Jagger.

Me llevó tiempo aceptar mi soltería. Me llevó tiempo y momentos de mierda conociendo flacos que el mundo debería evitar. Decidí elegir bien antes de salir con alguien. Ya que hace tanto tiempo que estoy sola y vengo de todo un año conociendo pelotudos voy a elegir bien con quién estar para ahorrarme momentos de mierda. Estuve días diciéndome “no voy a salir con cualquiera, voy a quedarme sola hasta que venga uno copado e inteligente. No tengo apuro, no me jode ser la solterona del grupo”. Todo iba bien, hasta estaba empezando a creer mis propias palabras, pero en un día de vida social me enteré de 2 noticias que cambiaron mi pensamiento y mi autoestima.
Primero, que una amiga, inconciente, se va a casar. Si, ¡se va a casar! Se va a casar mientras yo voy a seguir soltera y conociendo pelotudos que sólo van a querer cogerme y no llamarme más. Ya me imagino en plena fiesta corriendo y saltando gordas para atrapar el ramo; ramo que sólo va a ser un motivo más para sentirme presionada por la sociedad para que de una vez por todas deje de ser soltera. Ya me veo sola en la mesa esperando a que alguien me saque a bailar y obtener sólo un guiño de ojo de algún amigo ebrio o de un gordo, viudo, peludo y viejo con ganas de tener una noche “descontrolada” con una pendeja y mucho viagra. No sé si estoy lista para eso. Todavía no me siento en la cima del fracaso como para pasar por esa situación. A muchos les impactaría la noticia de casamiento de una joven amiga. Bueno, a mí me impacta pero más me impacta imaginarme en la fiesta alrededor de viejos verdes, gordas solteronas deseando el ramo y platos de comidas tentadoras desfilar frente a mis ojos y no poder evitar tentarme hasta la indigestión. Por favor… ¡no me inviten a sus casamientos! (o esperen a que esté de novia para casarse e invitarme)

La segunda y deprimente noticia llego tras un consejo que nos pidió a mí y a la inconciente, una amiga que está de novia hace 1 año. Lo recuerdo con exactitud porque se puso de novia al mismo tiempo que yo dejé de conocer al hippie puto, ya que lo había conocido demasiado rápido y me parecía un pelotudo.  Después de ese fracaso con mugre y boxer de los Simpsons tomé la decisión de ser soltera hasta que dure… sigue durando. El punto es que mi amiga nos pidió ayuda con un conjunto para una noche romántica, en pocas y sinceras palabras…para una noche de sexo descontrolado. ¡¡Me cago en mi misma, me cago en mi misma!! ¿Por qué me tienen que pasar esas cosas a mí? Saber que el novio de mi amiga le pidió producción para una noche especial no fue bueno para mi autoestima. Me dieron ganas de tener novio y que me pida jugar a ser una chica Victoria’s Secret.
Hacía mucho tiempo que no me ponía a pensar cosas sexies. Me sentí una soltera sin futuro. Para colmo mi madre me regalo un montón de conjuntos hermosos de ropa interior que también me hicieron dar cuenta que sigo soltera, que los conjuntos siguen guardados en el cajón y que los hombres interesantes están o en vía de extinción o están exiliados en Marte.

Bueno, no es el fin del mundo. Quizá para la despedida de soltera de la inconciente, me puedo estrenar algún conjunto y levantarme algún flaco. Mataría dos pájaros de un tiro pero me estaría convirtiendo en puta….bueno, mejor sigo auto convenciéndome que lo mejor es estar soltera y elegir bien antes de dejar entrar pelotudos a mi vida. No sé, creo que es una buena solución para ahorrar sesiones de terapia. 

lunes, 6 de junio de 2011

Casa nueva,quilombos nuevos. Parte II

Convivir con los pintores y obreros fue una gastroenteritis crónica. Un dolor de huevos. Un dolor de dedos aplastados por la puerta del auto.
Lijaban, llenaban de mugre, pintaban como el culo, volvían a pintar, volvían a ensuciar y dormían la siesta en el living de mi casa. Si, de MI casa. No era agradable bajar por un vaso de agua y ver a 5 gordos transpirados tirados en el piso mientras roncaban y hacían la digestión. Definitivamente, no se lo deseo a nadie. Bueno … quizá se lo deseo a todos los hombres conchudos que pasaron por mi vida pero como ellos también son un asco, dudo que les afecte. Como si eso fuera poco hablaban en guaraní. Jamás voy a saber que decían y tampoco sé si me conviene saberlo. Obviamente tomaban tereré y me llenaban los estantes de mi cuarto con botellas de gaseosas berretas llenas de agua fría. ¡Usen una sola la concha de la lora! ¿Ellos también me quieren dejar recuerdos para que no los olvide? Como si las cumbias del norte que vivían cantando fuesen fáciles de olvidar. Todavía no entiendo cómo sobreviví después de esa semana. ¡Dios existe!

Si para las maniáticas del orden, el temita de embalar es todo un temón, imaginen lo que es el tema de guardar lo que costó embalar. Me mudé un sábado a la mañana, el sábado a la noche ya no había cajas llenas de cosas. El domingo sólo me preocupé en acomodar y el Lunes en intentar estudiar alrededor de cumbias del norte, tereré y guaraní. Jamás me mude tan rápido y jamás me costó tanto estudiar.
Parece que los obreros y pintores fueron contratados para romperme los ovarios y cagarme la serenidad. Yo iba con mis apuntes para todos lados. Encontraba tranquilidad, me sentaba a estudiar y los hijos de puta aparecían por arte de magia al lado mío taladrando mi paciencia. Hasta que se me ocurrió sentarme del lado de afuera de la ventana de mi cuarto. Genial! Paz, tranquilidad, armonía, concentración … que no duro más que 15 minutos. No sé si me lo hacían a propósito o siempre tenían algo para hacer. Lo peor de todo es que los muy conchudos terminaron su labor el mismo día que yo terminaba de rendir. Si hubiese tenido energías para matarlos lo hubiese hecho pero tan solo pensar que tenía que deshacerme de los cuerpos, limpiar la escena del crimen e inventarme una nueva identidad…

Bueno, pero mirándole el lado positivo, la casa quedó genial. Me di cuenta que estoy más gorda, que ahora tengo que empezar a donar ropa y que muchos exs son más pelotudos de lo que una creía.
Dicen que casa nueva, vida nueva. Ok, genial. Ahora a esperar que mi vida nueva venga con un mejor culo, menos celulitis y muchos candidatos para futuro novio lindos, inteligentes y con falta de pelotudez masculina. Cierto, es vida nueva, no un milagro. 



lunes, 23 de mayo de 2011

Casa nueva,quilombos nuevos. Parte I

Después de un mes sin dar señales de vida bloggera, heme aquí. Me mudé, estoy rindiendo y hasta hace 2 días conviviendo con albañiles y pintores. ¡¡El placer de estar vivo!!

Las mudanzas son una mierda. Son esos momentos de la vida donde te gustaría tener superpoderes para embalar todo sin problemas y transportar todo a la nueva casa.
Con las mudanzas uno se da cuenta de lo que ya no tiene; de lo que tiene y hacía añares que no encontraba y ya daba por perdido; encuentra ropa que nos recuerda qué tan como el culo nos vestíamos hace unos años y que tan flacos estábamos hace unos pocos y cortos años para que ese jean talle 26 entre en las actuales caderas talle 40.
Uno trata de embalar lo más rápido posible pero siempre hay algo que nos va a llamar la atención y nos va a hacer perder unas horas de nuestra vida.

1- Cartas de un amor pasado: Las mudanzas son el momento ideal para sacar la mejor faceta despechada y resentida que puede tener una mina en el fondo de su alma. Revolviendo cajones se pueden encontrar muchas cosas además de forros vencidos, lubricantes que vienen como publicidad en la Cosmo, boletos de colectivo, monedas de 5 centavos y muchas pelotudeces más que jamás pensabas encontrar en tu cajón. Además de todas esas pelotudeces se pueden encontrar cartas que te hizo ya sabemos quien cuando la relación parecía ser hermosa, todo era “amor” y vos estabas ciega mientras él te cuerneaba con medio boliche. La empezás a leer y empezás a sentir vergüenza. Te empieza a dar asco algo que supuestamente te tendría que generar ternura y revolver recuerdos. Con la mejor cara de superada rompés la carta y decís “Ay, que pendejo pelotudo… ¿qué carajo le vi?” Como si eso fuera poco te dejó de recuerdo una foto de él para que lo recuerdes eternamente. Como si el boludeo durante un año, las cuerneadas, las usadas para garchar y los momentos de mierda no te ayudaran a recordarlo. Empezás a mirar detenidamente la foto “para recordarlo” y te das cuenta que él tenía razón…la foto te termina ayudando para recordar que morías por un flaco que era un vomito de resaca, que encima de hijo de puta también era feo y que necesitaba un par de cirugías en la cara además de un cerebro.

2-Fotos del año del pedo: Siempre se encuentran las fotos del colegio donde tratás de descifrar cómo se llamaban los 15 pendejos pelotudos con guardapolvo de colores que tenías a tu alrededor. Obviamente, hay un par de nombres que siempre vas a recordar. 1° el nombre de tu mejor amiga/o, 2° el nombre del chico/a que te gustaba y 3° el nombre del hijo de puta que te cagaba el autoestima desde salita rosa.

3-Objetos que sólo sirven para ser basura: En una época, cuando iba mucho de Shopping, me gustaba coleccionar las bolsas de las marcas de ropa que jamás me sirvieron para un carajo. Yo las guardaba…por las dudas. ¿Por las dudas de qué? ¿Por si el día de la mudanza me quedaba un tiempito al pedo? Esas cosas las guardamos con la excusa “para algo va a servir” y termina siendo basura que 3 años después va a parar a una bolsa de residuos, ya que para lo único que servía era para terminar dentro de una bolsa negra y para que el basurero la haga volar por los aires hasta caer en el maldito y maloliente camión.

4-Ropa talle ‘jamás me va a volver a entrar’: Esos pantalones que amábamos y que no usábamos nunca pero no recordábamos por qué hasta el día de embalar. Todas cometemos el grave error de probarnos ropa que nos sigue gustando. Nos tiramos en la cama, contemos la respiración, metemos panza y pedimos ayuda … pero el pantalón sigue sin entrar. Muchas terminan resignadas, deprimidas y dando en “adopción” al pantalón pero muchas ilusionadas y esperanzadas con volver a la figura de los 15 guardan el pantalón y planifican dietas que jamás van a cumplir. Bueno, esa soy yo. Guardé un par de cosas que seguramente termine regalando o embalando junto a las esperanzas el día que me vuelva a mudar.

domingo, 1 de mayo de 2011

Meada por elefantes rosas.

En otra vida debo haber sido puta y Dios ahora me esta castigando por ello, ¿no? ¡Seguro! ¡Qué karma que tengo con los hombres!

En mis largos pero cortos años conocí varios flacos que dicen ser hombres. Estos se venden como ideales y te pintan todo como en los cuentos “había una vez…” que nos contaban nuestras abuelas para que la esperanza en el amor creciera. Ah!, y también para que nos podamos dormir.
Bueno, estos “hombres” te llenan la cabeza durante días diciéndote que sos lo más hermoso de su mundo (¿Hay otro mundo?) que sos perfecta y que te quiere con toda su alma y que claramente no te cambia por nada ni nadie. ¡Bullshit! Siempre va a haber una mina con mejores tetas que una por la cual él va a tirarte a la basura y no te va a llamar más…hasta que ella lo deje y él necesite un nuevo tachito de residuos sexuales. Esa es mi historia. Un flaco que la remo durante varios años y que cuando finalmente tuvo la oportunidad…me cambió por unas tetas…caídas (si! caídas) y la dueña de las tetas tiene más pinta de tía abuela que de novia. Está bien, reconozco que yo, en su momento una joven criaturita, lo cambié un par de veces por un flaco. Un ex. Igual él boludeo era mutuo. Cuando yo podía y quería, él ya no podía pero si quería. Cuando él quería y podía, yo ya no quería ni podía. Así durante 3 putos años. ¡TRES AÑOS! Este muchacho también se vendió bastante bien durante esos 3 años pero cada día que pasaba me daba cuenta que era un forrito más. De entrada me mintió. Es de esos pelotudos que comparten anillos con una novia pero cuando “se pelean” supuestamente el anillo pasa a ser un anillo cualquiera, sin valor sentimental que se compró una vez en el barrio de Once a esos Africanos que venden “plata y oro” en las esquinas. Obviamente yo toda una puber le creí. Me endulzo durante 1 semana y volvió simplemente para tocarme un poco el culo y mientras yo seguía volando en las nubes del amor…me cortó el mambo para volver con la chica del anillo. Claro, la historia del anillo comprado en Once era mentira, ¡eh!

Los momentos de amor nos duraban un cambio de toallita femenina. Salíamos, me firmaba cosas cursis en el muro de facebook, me dedicaba canciones de Sin Bandera (posta. ¡Imaginen mis ganas de meterme los dedos y vomitar la cena de Navidad del ‘98!) y me juraba amor eterno… como todos. Y otra vez nos cortábamos el rostro.

Después de pudrirme de la soltería. Después de caer muy bajo por llorar cantando las canciones más deprimentes de Coldplay, me di cuenta que debía recurrir al pasado para ver si dejaba de ser una fracasada en el amor. Lo llamé. Me hice la enamorada. Por momentos pensé que estaba escribiendo una novela para canal 9 pero no…estaba escribiendo el chamuyo más útil del mundo. Funcionó. Lo ví. Nos vimos. Esta vez se daba ¡eh! Supuestamente él estaba soltero…supuestamente. 1 semana boludiándome para que me dijera que en realidad no estaba soltero, estaba con una mina…la vieja de las tetas caídas. Me jodió un poco, no lo voy a negar. Me dijo lo que te dicen todos “la voy a dejar por vos” Digamos que todavía estoy esperando a que la deje. Bah, después de decirme eso (5 meses después) me llamó para avisarme que la había dejado. ¡¡5 MESES DESPUÉS, HIJO DE PUTA, CINCO MESES DESPUÉS!! Después de cinco meses él esperaba que yo le dijera que sí. No sé qué pretendía. ¡Que yo dejara mi vida para esperarlo a que él deje a las tetas caídas y así vivir felices para siempre? ¡Pero que se chupe el codo a ver si puede! Lo peor de todo es que tuvo el tupé de hacerse el ofendido cuando le dije que no.

Igual es un chico que creo que tiene problemitas de comprensión. No entiende los NO. No entiende que no tengo ganas de que me boludeen. No entiende que me joden los flacos con poca actitud. Es de esos pollerudos que yo lo puedo re putear y ¿él qué me va a decir?... “Si, mi vida” ¡¡¡Actitud flaco, actitud!!!  Cada 2 meses aparece. Es un clásico. Abrís el inodoro y sale para decirte “te quiero ver”. Abrís la heladera y sale para decirte “ya la dejé” Abrís facebook y tenés un inbox que dice “en 10 minutos estoy en tu casa” ¿Quién carajo te invitó? ¿Tenés pase libre a mi casa? ¿Tenés vip? ¡Comprate un caniche toy y ponele Bobby, pelotudo!

Cuando los hombres se lo proponen son cara duras, pelotudos, arrastrados y mentirosos. Si, todo lo que un hombre no debe ser. 

lunes, 18 de abril de 2011

2 décadas.

El 10 de Abril pasó un nuevo año por mi vida. Ya me dejaron de decir adolescente y ahora me dicen pre adulta. ¿Con que necesidad? ¿Con que necesidad me remarcan el paso de los años? Adoro cumplir años pero me dí cuenta que con la llegada de los 20 muchas cosas dejaron de ser copadas. Tengo 20 y mi cuerpo ya no es el mismo. Todavía estoy sin saber donde quedó mi hermoso y firme culo. Mis tetas con un buen y gustoso tamaño y mis ganas de ser joven enfiestada.

Cuando te dicen feliz cumpleaños te están deseando que tengas un buen y feliz día. Bueno, mi día fue bueno y feliz…por momentos. Me gusta hacer fiestas. No me gusta ir a bailar pero si me gusta hacer fiestas. Saben que mi vida social no es bastante activa pero no sé de dónde carajo salieron tantos invitados… ¡y todos me conocían! Por momentos pensé que eran extras que mi madre había contratado para así yo no sentirme tan loser. Hasta que me di cuenta que yo también los conocía. Llenamos mi living. Ya no había lugar donde sentarse. Si me hubiese avivado antes cobraba la entrada y con eso recuperaba la fortuna invertida en la fiesta y después me iba de shopping.

Chicos, si ustedes van a hacer una reunión donde prometen pizzas traten de no colgar y pedir las pizzas 2hs antes de que los invitados lleguen. De no ser así la pizza se va a demorar, los invitados se van a impacientar y se van a querer ir a la mierda. Obviamente nadie me dio ese consejo y las pizzas llegaron pasadas las 12, con la mitad del queso fuera de la masa y pegado a la caja. Es la clásica. Parece que el chico delivery cree que está de moda comer la pizza toda desarmada. Pedí 7 pizzas y las 7 eran cartón con queso. ¡Que manga de inoperantes! Dedicate a embalar pirotines, ¡pelotudo!

Tengo la manía de ser la cumpleañera buena onda y decirles a los invitados que pueden traer amigos. ¡Error! Siempre está el amigo que sólo tiene amigos pelotudos y que a la hora de elegir los acompañantes para la fiesta elige a los pelotudos graduados con honores. A esos que tratan de caer bien. A esos que creen ser el Bill Cosby de la reunión. A esos que se quieren levantar a las minas de la fiesta pero no se levantan ni a la madrugada para mear. Lo peor es que esos pelotudos jamás caen bien y una queda como que tiene  discapacitados mentales en lugar de amigos…¡¡¡y no son tus amigos!!!

Que momento de mierda que es el cantito de feliz cumpleaños. No sabés si aplaudir, si mirar a todos, si auto cantarte o si sonreír. Hace 20 años que lo único que deseo a la hora del canto del feliz cumpleaños es cavar un pozo gigante y meterme hasta que terminen. Hace 20 años que mi familia me canta el feliz cumpleaños en dos idiomas. Hubo una época en que también me lo contaban en portugués. Todo gracias al colegio de mierda que nos quería sacar sambando y fanáticos de la caipirinha (eso lo lograron, lo de la samba te lo debo). Éste año sólo me lo cantaron en español…por suerte. Pero hay un pequeño detalle…me lo cantaron frente a todo Hard Rock Café. Todo Hard Rock cantando mi cumpleaños. Todo Hard Rock se enteró que mi madre un 10 de Abril entró en trabajo de parto. Todo Hard Rock se enteró que ese día YO cumplía años.
Además siempre esta el invitado poco original que grita “¡sopla la vela!” simplemente para hacerse el gracioso. Por lo general es el mismo invitado pelotudo que se cree el Bill Cosby de la fiesta pero sólo es la Florencia Peña de la fiesta, o sea un fracasado que se cree gracioso pero no lo es.

Como bien dije mi día por momentos fue feliz. Digo por momentos porque tuve un pequeño problema. Al llegar al Hard Rock Café, con mi familia tuvimos que tomar un ascensor (por ahora no nos teletransportamos…desgraciadamente) y todo iba bien hasta que el viaje empezó a parecer una película de terror. De 5 pisos 4 estaban cerrados con un tablón de madera. Fuimos hasta arriba de todo y eso ya me impacientaba. Odio esperar. Odio los ascensores. Odio quedarme encerrada. Pero por sobre todo odio sufrir de claustrofobia. Al estar llegando al piso que creíamos que era el indicado el ascensor se frena y cae un piso. Bien, lindo regalo me hizo Buenos Aires Desing. Dicen que fueron 5 minutos pero para mi fueron muchos más. Empecé a pensar que iba a morir soltera en un ascensor mientras mi familia se cagaba de risa de mi ataque de pánico y mi madre me sacaba fotos para, según ella, “recordar este momento”. ¡¡No necesito fotos para recordar ese momento de mierda!! Al abrirse la puerta gracias a un empleado con cara de pelotudo mi madre no tuvo mejor idea que cantar “¡¡Chi chi chi le le le. Los mineros de CHI LE!!” Obviamente a mi no me causó gracia. Éramos 5 y 4 estaban bien pero yo estaba como el culo y no estaba en un refugio.

A pesar de todo no me puedo quejar de mi cumpleaños. Todavía no me afecta la edad. Muchos hijos de puta dicen que parezco de 15 años. Espero que en un futuro cuando tenga 40 y me sienta baqueteada todos piensen que tengo 35…aunque no hay muchas chances de que eso suceda.
Ahora que pienso, sople 20 velitas el sábado y 1 el domingo y en ninguna de las 2 oportunidades pedí tres deseos. Igual, hace varios cumpleaños que vengo pidiendo el mismo deseo y todavía estoy esperando a que se cumpla. Si, siempre pido un novio…

lunes, 4 de abril de 2011

No me gusta la noche,no me gusta el bochinche.

El sábado fui a bailar con unas amigas. Sí, a un boliche. Sí, increíble. Lo pase bien. Me divertí, baile hasta las 6 de la mañana. (El viernes también fui a bailar y también hasta las 7am) Como bien dije en la entrada anterior… soy un imán de pelotudos. No lo dudo. Llegamos y no había mucha gente. Cuando se empezó a llenar los pelotudos aumentaban y con ellos mis ganas de meterme debajo de la tarima ¡y que no me encuentren más!
Está el pelotudo que te agarra de la cintura creyendo que le vas a perrear al mejor estilo putita de barrio. Está el que te encara con chamuyos pelotudos tipo “Hay mucha gente, ¿no?” ¡No! Para nada. Estoy toda comprimida en el centro de la pista porque es uno de mis hobbies. Gil de mierda. También está él que te agarra de la mano con la intención de sacarte a bailar y lo único que recibe es un sutil corte de rostro.

Como bien dije en una entrada pasada, se puede detectar al hombre que va de levante y al que nunca va a bailar y se siente más perdido que Karina Olga Jelinek en una biblioteca.
El que va de levante por lo general (no siempre; casi nunca, para hablar con propiedad) es lindo. Tiene un peinado despeinado que se nota a kilómetros que estuvo más de 30 minutos para hacerlo, usa unos pantalones que parece que se cagó encima o también unos jeans sueltos pero apretados en el culo. También está el que usa el jean con cinturón pero por debajo de los glúteos vaya uno a saber por qué. ¿Pensará que es sexy? ¿Qué concepto tienen de “sexy”? Creo que no es el mismo que tengo yo. Y tienen una obsesión por las remeras A+; sobretodo las que tienen las frases en colores fluorescentes. Y bueno… así era uno de los pelotudos que me trató de levantar. El único que tenía chances. Más de 15 flacos me sacaron a bailar. Más de 15 flacos me trataron de levantar. Más de 15 flacos sufrieron un corte de rostro hasta que por delante de nuestros ojos pasó un flaco sumamente parecido a Axel. Sí, el gil que canta canciones melosas y demasiado cursis pero que debe ser uno de los pocos “rubios” que se parte al medio. Por ende, este flaco se partía al medio y claramente lo sabía. Encaró con el medianamente original método de buscar parecidos. Me dijo que tenía un aire a Dolores Fonzi, quiero creer que no lo decía por lo drogona… y también a Angelina Jolie. Claramente el flaco plasmaba sus fantasías en mí. Lo que me llamó la atención es que el flaco me sacó la ficha de casi todo. La música que escucho, a dónde me gusta ir, que jamás voy a bailar, que odio la música de los boliches y que me inclino por el lado artístico, sobre todo el humor. Por momentos sentí miedo; pensé que podía llegar a ser un acosador pero después me di cuenta que no, que era un pelotudo que tenía más noche que el Bambino Veira y la luna. Se lo hice saber. Le dije “Ahora es mí turno. Ahora yo te voy a sacar la ficha” Y así fue como perdí la oportunidad de que “Axel 2” me toque el culo. Le dije que era el típico flaco que iba a levantar minas todos los fines de semanas. Que no le importaba la belleza ni interna ni externa, si tenía órganos femeninos le entraba y que seguramente inventaba excusas para escapar de las mujeres. Lo negó, rotundamente. Pero con el tiempo tuve la razón. Era obvio. A la media hora me doy vuelta y estaba investigando la boca de otra mujer. Bastante linda. A la hora estaba haciendo lavaje de estomago a otra. Para nada linda. Un bagallo, para hablar con precisión. Cuando volvió para tratar de ganarme le tiré en cara que yo tenía razón. Obviamente se excusó cual hombre cagado por la verdad de una mujer. ¡Se vendía sólo! Tenía una cara de latin lover increíble. No les voy a mentir. Fue la primera vez que nombré a un hombre “trofeo de la noche”. Debía ganar ese trofeo pero mi honestidad bruta me mandó al muere. Mi honestidad bruta me sacó la posibilidad de ser la amiga con buen gusto de la noche. O sea, mis dos amigas tuvieron sus alegrías. Una de ellas se perdió durante 2 hs con un chico apto para los domingos en lo de la nona. El clásico que jamás va a bailar y jamás tiene levante. Mi otra amiga se divirtió un rato mientras yo miraba cual gorda solterona deprimida comiendo helado y mirando “P.S: I love you”

Jamás me fue TAN como el culo. Todos pelotudos y ninguno de esos pelotudos merecía mi tiempo. Juro que si por lo menos alguno cumplía con mis requisitos físicos, me importaba muy poco su calidad cerebral, pero todos tenían lo que NO tenían que tener. El que no era gordo peludo, era más bajito que yo con un codo en lugar de nariz y un lenguetazo de vaca en el pelo. Es increíble. ¡Todavía no caigo! Para mí que alguien me engualichó y hoy estoy sufriendo por ello. ¡¡Quiero el nombre de ese ser hijo de puta que me está cagando la existencia!!

viernes, 25 de marzo de 2011

Imán de pelotudos.

Hola, soy Jennifer y soy un gran imán de pelotudos. Se me pegan. Mi mamá dice que soy un radiador y que esto me va a seguir pasando hasta que algún día engorde y pierda el encanto. Por momentos me dan ganas de vaciar la heladera y perder el encanto más rápido de lo planeado. Me pregunto cuando va a ser el día en que se me peguen pibes copados, con buena onda, inteligentes, con capacidad para mantener charlas interesantes… y lindos…
En la necesidad de perder la soltería conocí a varios hombres que dejan mucho que desear. La palabra cita no me gusta. Me hace sentir parte de una novela mexicana de canal 9. Pero sí, tuve citas. Por así decirlo. Me invitaron a salír y como no perdía nada, acepté casi encantada. Los hombres son hijos de puta. Te venden un papel, una imagen, un estilo que no son.

En el viaje a Gualeguaychú conocí a un brazuca. Sí, ustedes leen brazuca y piensan en un negro con aceite en el cuerpo, hermoso, sambando en tu cama y cantándote canciones románticas en portugués…Bueno, tienen una imaginación ¡increíble! Este muchacho se hizo el langa de entrada. Machista como él solo. Yo estaba armando mi carpa, lo estaba haciendo bastante bien, pero el banana supuso que yo necesitaba ayuda y decidió colaborar con el armado. Perfecto, gracias por la buena onda pero el tener tetas no significa ser boluda, eh… Desde primer grado yendo a campamentos, haciendo fogatas, armando bolsos compactados, carpas canadienses y siguiendo la luz de las estrellas para que este piscuí me venga a corregir el armado de carpa. ¡Por favor! Como si eso fuera poco, y después de terminar con el armado de MI carpa, también decidió inflarme el colchón. Mientras inflaba el colchón tiraba comentarios bananas como “Bueno ¿Qué te puedo cobrar? Una siestita en este colchón no vendría mal” o “Parece que la enana va a dormir muy cómoda después que yo le arme todo” Primero: ¿Cuánta confianza necesita un hombre para apodar a una mujer que recién conoce? Segundo: Nadie te pidió ayuda, si tenés ganas de ayudar ¡anotate en la cruz roja! Al brazuca me lo fumé todo el fin de semana. No les voy a mentir, a mi me gustaba. Me parecía medio boludo pero me gustaba y como “amor de verano” no estaba mal. El tema es cuando el hombre es adicto al chamuyo y abusa del mismo. En sólo 5 días el flaco ya me quería y pretendía invitarme a dormir a la casa. Es tan obvio lo que él quería, como también es obvia mi reacción. Lo mandé a cocinar choris a la 9 de Julio en las protestas del partido obrero. Era de esos pelotudos que los halagabas y se tiraban palos. Le decías “Sos lindo” y él te decía “Ay no, soy horrible. Andá al oculista por favor” ¡¡Chupate el codo!! Encima que te halago para quedar bien me saltás con el papelito de pendejito inseguro. Please, NO. ¿Conclusión? Onda, onda, cero onda.

Si yo te digo: Buen lomo, alto, morocho, diseño gráfico. Vos decís: chico ideal. Bueno, si pero no. Fue de esas citas donde te das cuenta que el chabón sería un muy buen conocido. Primer comentario de la tarde y resulta ser homofóbico. Mis amigas son homofóbicas y a mi me divierte joderlas diciendo que soy lesbiana. Juro que a éste se lo iba a decir pero hasta ese entonces el flaco tenía una mínima chance. Yo tardo en entrar en confianza. Me cuesta. De entrada hablo relativamente poco pero cuando me suelto soy bastante insoportable. Bueno, este pibe vivía suelto. 3hs de “cita” y 2 horas y media escuchándolo hablar sobre diseño gráfico. Fue un momento muy agradable. Sumamente agradable y divertido. Sumémosle que yo tenía fiebre, me dolía la garganta y todavía tenía que armar el bolso para irme al día siguiente a la costa. Yo tenía fichas puestas sobre este muchacho. O sea… ¡falté a mi ginecóloga para ir a “la cita”! Falté para ir a una cita en la cual no pude emitir comentario y no entendía un carajo de lo que me hablaba. Se creía Woody Allen el chabón. Tiraba frases estilo open mind y medio filosóficas. Hablaba tanto que no tuve oportunidad para decirle “me voy a la mierda” Tuve que fingir recibir un sms de mi madre donde supuestamente ella me cagaba a pedos. Bueno, estuvo 1 hora y media hablándome de tipografías. Sabía todos los nombres de las letras y quienes fueron sus creadores. Sabía en qué época se empezaron a usar y cómo se crearon. Sabía TODO. Era como el libro gordo de Petete pero de tipografías. ¡¡Infumable!! Encima a mí me sacás de times new roman, comic sans, Arial y tahoma y no te cazo un fulbo’. Obviamente, no sé ni me importa saber quienes fueron sus creadores y por qué las crearon. Igual, y no quiero sonar forra, quiero que sepan que mientras él hablaba mi mente reproducía canciones de Panam.

Lo único que rescato de estas cosas es que ya se cómo no tengo que ser en la vida. Ya sé como no tengo que actuar en una cita. Y también aprendí a no mostrarme desesperada frente a mis amigos porque los amigos creen que porque estás soltera tienen todo el derecho del mundo a presentarte pelotudos. 

lunes, 21 de marzo de 2011

Ni en un quince dejo de ser soltera.

Mi prima cumplió 15 años. Los años pasan y eso afecta la autoestima de la mujer. Soy de lágrima fácil, pero el día del cumpleaños me fui de tema. Lloré al ver a mi prima, la hermana de la cumpleañera, con su super panza de 8 meses y el bolso por si el apurado de mi sobrinito decidía aparecer en plena fiesta. También llore al ver el libro de firmas con todas las fotos. La que estaba en poses sexies no podía ser la nena a la cual le di la mamadera y la obligaba a bailar al ritmo de Bandana para después sacarle plata a nuestros padres diciendo que iban a ver un show increíble. Pero sí, definitivamente era mi prima y cuando la vi pasar por la puerta lo confirmé. Por suerte tuvo sentido de la moda y buen gusto y no eligió esos vestidos de muchos colores, con pinta de trola y botas doradas hasta las rodillas…muchas quinceañeras se ponen eso, lo que me deja pensando qué se pondrán el día de sus casamientos…

Como ya saben, estoy soltera hace demasiado tiempo. Eso me afecta. Me vestí perra. Me sentía perra. Más que perra por un momento me sentía gato. Yo hubiese ido vestida de otra forma pero si yo caía al mejor estilo Woodstock mi prima me cortaba las tetas y después… ¿Cómo carajo iba a seducir a los púberes? Sí, estaba lleno de púberes. Obvio, era un cumple de 15.  Mi prima vino con el chisme de que uno de sus amigos pensaba que yo estaba sumamente partible. Todo iba bien, nada del otro mundo, hasta que al pequeño retoño se le ocurrió decirle a mi prima “che, tu prima tiene 15, no?” ¡¡¡Que pendejo de mierda!!! Atrevido. Tengo casi 20 años, ya pase la pubertad, la edad del pavo, estoy por pasar la adolescencia (ay, qué deprimente ...!) y vos, bebé de pecho, ¡¿¡¿me venís a decir que tengo 15 años?!?! ¡¡Pero por favor!! ¿Saben la cindor que le falta? Quizá si mi prima no les decía “No, tiene 20” yo podía tener alguna felicidad. Pero claramente eso no pasó y si me dejaba tocar el culo por alguno de ellos iba en cana. Aunque con algunos te daban ganas de conocer la prisión… Igual el pendejo no fue el único que me imaginó menor de edad. El mozo de la recepción pasó ofreciendo vino. Se acerca a mi madre, a mis tías y cuando me toca a mi me mira de arriba abajo y me dice “disculpe señorita…” y se corre. Ese mozo fue el mismo hijo de puta que me vio con la copa de champagne y me la saco. Por su culpa mis venas no bebieron alcohol y por su culpa no figuré desacatadamente en la pista de bailar. Creo que el mozo sabía lo que hacía.

En los quince, como en los casamientos, está la oportunidad para que las solteronas sin chances saquen, perdón saquemos la cintita con el anillo y de esa forma, supuestamente, nos vamos a casar. Ok, las pendejas desacatadas se abalanzaron sobre la caja que tenía las cintitas con la ilusión de casarse con vaya a saber qué pendejo lleno de granos. Mientras yo buscaba llegar a una cintita, muy desesperada hice puntitas de pie, salté, empujé y hasta grité con la poca voz que tenía ese día pero cuando estaba a punto de agarrar una cintita y ya pensando en el novio, el vestido blanco y la niña de las flores….a la mierda con la caja y las ilusiones de perder la soltería en un 15. Las pendejas tiraron la caja, sacaron todas las cintitas y casi tiran a mi prima. ¡Ojal{a no se casen nunca, manga de desesperadas! Empecé a buscar por el piso a ver si había caído el anillo o si se habían confundido y pusieron dos anillos en vez de uno. Claramente eso no sucedió y solo encontré una medallita de dos nenitos besándose con un terrible mensaje subliminal para las solteras y una medallita que parecía ser una moneda de 5 centavos. ¿Qué carajo hago con 5 centavos? Nada, ni siquiera viajo en bondi como para consolarme pelotudamente.

Ahora sólo me queda esperar a que alguna de mis primas se case, entrenarme para ese día y agarrar el ramo cueste lo que cueste. Total…seguramente siga soltera para esa época. De acá a 10 años seguro no encuentro novio pero si un personal trainer que me entrene para pisar cabezas, romper tacos y saltar 2 metros y llegar al ramo volador. Seguramente de acá a 10 años mi vida siga siendo loser y con cara de pendeja.  


No se fijen en mi cara de galleta. Solo miren el color de mis piernas y  a la quinceañera. Gracias.

lunes, 14 de marzo de 2011

Virgen de Retiro

Me tomé unas largas, esperadas, hermosas y merecidas (¿merecidas?) vacaciones. Este año tuve la oportunidad de ir a enfiestarme a Gualeguaychú.

Todo arrancó con mi desvirgue de Retiro. Sí, con 19 años debo ser una de las pocas jóvenes que jamás había pisado Retiro. Fue mi primera vez. Dolorosa y difícil primera vez. Mi madre estaba aterrada, tenía miedo. (Si, ella tampoco fué a retiro y tiene 46 años). Siempre tuvo auto por ende no era normal viajar en micro. Pero esta vez decidí irme de joda por mi parte. Crecer. Salir del nido.
Mi madre me acompañó con los bolsos a tomar un taxi. Ella se encargó de pedirle al taxista que me ayudara con el tema de Retiro, que yo nunca había ido y que necesitaba ayuda para ingresar a plataforma. Bastante bochornoso pero por suerte no había mucha gente a nuestro alrededor... Sólo mi hermana y unos cuantos peatones. Cuando subí al taxi, mi madre se quedó en la esquina saludándome con lágrimas en sus ojos y moviendo su  mano derecha cual princesa en desfile de carrozas. Esa escena parecía salida de una película francesa medio melancólica. ¡La que tenía que estar asustada porque iba a pisar la jungla de cemento era yo! Pero creo que mi madre padeció el desvirgue más que yo.
El taxista fue como mi GPS de Retiro. Traté de ir almacenando todos los datos y detalles que el gordo me iba tirando para que la llegada a Retiro no sea tan de chica de pueblo. Me dijo que esté atenta a los altoparlantes, que guarde cambio para tirarle propina al de los bolsos, que no suelte mis cosas, que lea los carteles, que suba escaleras y demás cosas que cuando llegué a Retiro sólo recordé lo de la propina y lo de los negros chorros que podían llegar a robarme las cosas.
Caminé por Retiro agazapada a mi bolso, mochila y carpa. No encontraba la puta boletería donde supuestamente tenía que retirar mis boletos a la felicidad. Subí escaleras fijas pensando que no había mecánicas hasta que llegué al segundo piso y las vi. Claramente si tenía un cuchillo a mano me cortaba las tetas.
Como mi vida se basa en la computadora saqué los pasajes por Internet y daban la opción de imprimirlos en tu casa o retirarlos por Retiro. Por lo visto mi inconciente quiere cagarme la existencia y decidimos (mi inconciente y mi no tan conciente) que era mejor retirar los pasajes en Retiro el mismo día del viaje. Llegué a la boletería que decía “retiro de pasajes sacados por Internet” y el empleado muy hijo de puta me informó que los pasajes no se pueden retirar por boletería, que tienen que ser impresos en el momento de la compra. Entonces… ¿Por qué carajo te ofrecen cosas que no se pueden hacer? ¿Por qué tienen ese cartel de mierda hecho con letras chotas del Word? ¡¿¡¿Por qué le sigo haciendo caso a mi inconciente?!?! Traté de mantener la calma pero no lo logré. Tenía ganas de agarrar ese cuchillo que quería para cortar mis tetas pero esta vez para sacarle los ojos al empleado con cara de pasivo de Flecha Bus. Volví a la ventanilla para que el pelotudo me dijera qué podía hacer pero sacó el cartel con letras de Word y puso uno que decía “ventanilla cerrada” Si tenía un paraguas a mano hacía la gran Britney Spears. Me dijo que tenía que ir a la otra punta para hacer un trámite. Fuí y de esa punta me mandaron a la otra. Saqué lo peor de mí y se ve que puse cara de luchadora de Sumo porque vino el supervisor a ver cómo me podía ayudar.
NOTA: Mujeres, háganse las lindas, hablen tiernamente, pongan cara de pobres y de esa forma los hombres hacen todo por nosotras.
El pollerudo del supervisor me hizo un seguro por los boletos. Sí, también había “perdido” el de regreso y tuve que pagar $10 en total.
De esa forma ya libre de bronca gracias a Flecha Bus traté de recordar más cosas que me había contado el taxista. Recordé lo de los altoparlantes… Perfecto, no se escuchaba un carajo. Creo que la mina que daba los horarios era Robotina. Corrí a la plataforma que supuse era la mía pero claramente, y después de esperar 5min en la plataforma, terminé dándome cuenta que no estaba en la correcta y por ende corrí para el otro lado donde sí estaba la mía. Todavía prendida a mis cosas cual garrapata en perro de la calle, dejé los bolsos y me dediqué a hacer lo que el taxista futuro participante de Cuestión de Peso me había recomendado…dejarle la propina al flaquito que sube los bolsos y subir al micro. El micro no tenía luz en el baño. ¡Me estaba meando y no había luz en el baño! Lo que si había era un delicioso olor a baño público y a ese café de mierda que sirven con las expectativas que viaje una persona sin papilas gustativas y que les diga que el café es riquísimo. Dudo que eso suceda.

Milagrosamente el viaje fue rápido, tranquilo y con la presencia de esos compañeros de micro que nadie quiere tener pero que todos queremos matar.
A pesar de todo no me puedo quejar. Me enfiesté en Gualeguaychú. Me emborraché y salí haciendo pogo por un programa de America y tuve la oportunidad de chocarme con hombres pelotudos que seguramente el día de mañana les junte bronca y tendrán el “honor” de estar presentes en una entrada del blog. Para la próxima, lo único que tendré que recordar es de imprimir los boletos, no hacerle caso a mi inconciente y juntar plata para comprarme un auto y ahórrame problemas típicos de gente clase media.