lunes, 18 de abril de 2011

2 décadas.

El 10 de Abril pasó un nuevo año por mi vida. Ya me dejaron de decir adolescente y ahora me dicen pre adulta. ¿Con que necesidad? ¿Con que necesidad me remarcan el paso de los años? Adoro cumplir años pero me dí cuenta que con la llegada de los 20 muchas cosas dejaron de ser copadas. Tengo 20 y mi cuerpo ya no es el mismo. Todavía estoy sin saber donde quedó mi hermoso y firme culo. Mis tetas con un buen y gustoso tamaño y mis ganas de ser joven enfiestada.

Cuando te dicen feliz cumpleaños te están deseando que tengas un buen y feliz día. Bueno, mi día fue bueno y feliz…por momentos. Me gusta hacer fiestas. No me gusta ir a bailar pero si me gusta hacer fiestas. Saben que mi vida social no es bastante activa pero no sé de dónde carajo salieron tantos invitados… ¡y todos me conocían! Por momentos pensé que eran extras que mi madre había contratado para así yo no sentirme tan loser. Hasta que me di cuenta que yo también los conocía. Llenamos mi living. Ya no había lugar donde sentarse. Si me hubiese avivado antes cobraba la entrada y con eso recuperaba la fortuna invertida en la fiesta y después me iba de shopping.

Chicos, si ustedes van a hacer una reunión donde prometen pizzas traten de no colgar y pedir las pizzas 2hs antes de que los invitados lleguen. De no ser así la pizza se va a demorar, los invitados se van a impacientar y se van a querer ir a la mierda. Obviamente nadie me dio ese consejo y las pizzas llegaron pasadas las 12, con la mitad del queso fuera de la masa y pegado a la caja. Es la clásica. Parece que el chico delivery cree que está de moda comer la pizza toda desarmada. Pedí 7 pizzas y las 7 eran cartón con queso. ¡Que manga de inoperantes! Dedicate a embalar pirotines, ¡pelotudo!

Tengo la manía de ser la cumpleañera buena onda y decirles a los invitados que pueden traer amigos. ¡Error! Siempre está el amigo que sólo tiene amigos pelotudos y que a la hora de elegir los acompañantes para la fiesta elige a los pelotudos graduados con honores. A esos que tratan de caer bien. A esos que creen ser el Bill Cosby de la reunión. A esos que se quieren levantar a las minas de la fiesta pero no se levantan ni a la madrugada para mear. Lo peor es que esos pelotudos jamás caen bien y una queda como que tiene  discapacitados mentales en lugar de amigos…¡¡¡y no son tus amigos!!!

Que momento de mierda que es el cantito de feliz cumpleaños. No sabés si aplaudir, si mirar a todos, si auto cantarte o si sonreír. Hace 20 años que lo único que deseo a la hora del canto del feliz cumpleaños es cavar un pozo gigante y meterme hasta que terminen. Hace 20 años que mi familia me canta el feliz cumpleaños en dos idiomas. Hubo una época en que también me lo contaban en portugués. Todo gracias al colegio de mierda que nos quería sacar sambando y fanáticos de la caipirinha (eso lo lograron, lo de la samba te lo debo). Éste año sólo me lo cantaron en español…por suerte. Pero hay un pequeño detalle…me lo cantaron frente a todo Hard Rock Café. Todo Hard Rock cantando mi cumpleaños. Todo Hard Rock se enteró que mi madre un 10 de Abril entró en trabajo de parto. Todo Hard Rock se enteró que ese día YO cumplía años.
Además siempre esta el invitado poco original que grita “¡sopla la vela!” simplemente para hacerse el gracioso. Por lo general es el mismo invitado pelotudo que se cree el Bill Cosby de la fiesta pero sólo es la Florencia Peña de la fiesta, o sea un fracasado que se cree gracioso pero no lo es.

Como bien dije mi día por momentos fue feliz. Digo por momentos porque tuve un pequeño problema. Al llegar al Hard Rock Café, con mi familia tuvimos que tomar un ascensor (por ahora no nos teletransportamos…desgraciadamente) y todo iba bien hasta que el viaje empezó a parecer una película de terror. De 5 pisos 4 estaban cerrados con un tablón de madera. Fuimos hasta arriba de todo y eso ya me impacientaba. Odio esperar. Odio los ascensores. Odio quedarme encerrada. Pero por sobre todo odio sufrir de claustrofobia. Al estar llegando al piso que creíamos que era el indicado el ascensor se frena y cae un piso. Bien, lindo regalo me hizo Buenos Aires Desing. Dicen que fueron 5 minutos pero para mi fueron muchos más. Empecé a pensar que iba a morir soltera en un ascensor mientras mi familia se cagaba de risa de mi ataque de pánico y mi madre me sacaba fotos para, según ella, “recordar este momento”. ¡¡No necesito fotos para recordar ese momento de mierda!! Al abrirse la puerta gracias a un empleado con cara de pelotudo mi madre no tuvo mejor idea que cantar “¡¡Chi chi chi le le le. Los mineros de CHI LE!!” Obviamente a mi no me causó gracia. Éramos 5 y 4 estaban bien pero yo estaba como el culo y no estaba en un refugio.

A pesar de todo no me puedo quejar de mi cumpleaños. Todavía no me afecta la edad. Muchos hijos de puta dicen que parezco de 15 años. Espero que en un futuro cuando tenga 40 y me sienta baqueteada todos piensen que tengo 35…aunque no hay muchas chances de que eso suceda.
Ahora que pienso, sople 20 velitas el sábado y 1 el domingo y en ninguna de las 2 oportunidades pedí tres deseos. Igual, hace varios cumpleaños que vengo pidiendo el mismo deseo y todavía estoy esperando a que se cumpla. Si, siempre pido un novio…

lunes, 4 de abril de 2011

No me gusta la noche,no me gusta el bochinche.

El sábado fui a bailar con unas amigas. Sí, a un boliche. Sí, increíble. Lo pase bien. Me divertí, baile hasta las 6 de la mañana. (El viernes también fui a bailar y también hasta las 7am) Como bien dije en la entrada anterior… soy un imán de pelotudos. No lo dudo. Llegamos y no había mucha gente. Cuando se empezó a llenar los pelotudos aumentaban y con ellos mis ganas de meterme debajo de la tarima ¡y que no me encuentren más!
Está el pelotudo que te agarra de la cintura creyendo que le vas a perrear al mejor estilo putita de barrio. Está el que te encara con chamuyos pelotudos tipo “Hay mucha gente, ¿no?” ¡No! Para nada. Estoy toda comprimida en el centro de la pista porque es uno de mis hobbies. Gil de mierda. También está él que te agarra de la mano con la intención de sacarte a bailar y lo único que recibe es un sutil corte de rostro.

Como bien dije en una entrada pasada, se puede detectar al hombre que va de levante y al que nunca va a bailar y se siente más perdido que Karina Olga Jelinek en una biblioteca.
El que va de levante por lo general (no siempre; casi nunca, para hablar con propiedad) es lindo. Tiene un peinado despeinado que se nota a kilómetros que estuvo más de 30 minutos para hacerlo, usa unos pantalones que parece que se cagó encima o también unos jeans sueltos pero apretados en el culo. También está el que usa el jean con cinturón pero por debajo de los glúteos vaya uno a saber por qué. ¿Pensará que es sexy? ¿Qué concepto tienen de “sexy”? Creo que no es el mismo que tengo yo. Y tienen una obsesión por las remeras A+; sobretodo las que tienen las frases en colores fluorescentes. Y bueno… así era uno de los pelotudos que me trató de levantar. El único que tenía chances. Más de 15 flacos me sacaron a bailar. Más de 15 flacos me trataron de levantar. Más de 15 flacos sufrieron un corte de rostro hasta que por delante de nuestros ojos pasó un flaco sumamente parecido a Axel. Sí, el gil que canta canciones melosas y demasiado cursis pero que debe ser uno de los pocos “rubios” que se parte al medio. Por ende, este flaco se partía al medio y claramente lo sabía. Encaró con el medianamente original método de buscar parecidos. Me dijo que tenía un aire a Dolores Fonzi, quiero creer que no lo decía por lo drogona… y también a Angelina Jolie. Claramente el flaco plasmaba sus fantasías en mí. Lo que me llamó la atención es que el flaco me sacó la ficha de casi todo. La música que escucho, a dónde me gusta ir, que jamás voy a bailar, que odio la música de los boliches y que me inclino por el lado artístico, sobre todo el humor. Por momentos sentí miedo; pensé que podía llegar a ser un acosador pero después me di cuenta que no, que era un pelotudo que tenía más noche que el Bambino Veira y la luna. Se lo hice saber. Le dije “Ahora es mí turno. Ahora yo te voy a sacar la ficha” Y así fue como perdí la oportunidad de que “Axel 2” me toque el culo. Le dije que era el típico flaco que iba a levantar minas todos los fines de semanas. Que no le importaba la belleza ni interna ni externa, si tenía órganos femeninos le entraba y que seguramente inventaba excusas para escapar de las mujeres. Lo negó, rotundamente. Pero con el tiempo tuve la razón. Era obvio. A la media hora me doy vuelta y estaba investigando la boca de otra mujer. Bastante linda. A la hora estaba haciendo lavaje de estomago a otra. Para nada linda. Un bagallo, para hablar con precisión. Cuando volvió para tratar de ganarme le tiré en cara que yo tenía razón. Obviamente se excusó cual hombre cagado por la verdad de una mujer. ¡Se vendía sólo! Tenía una cara de latin lover increíble. No les voy a mentir. Fue la primera vez que nombré a un hombre “trofeo de la noche”. Debía ganar ese trofeo pero mi honestidad bruta me mandó al muere. Mi honestidad bruta me sacó la posibilidad de ser la amiga con buen gusto de la noche. O sea, mis dos amigas tuvieron sus alegrías. Una de ellas se perdió durante 2 hs con un chico apto para los domingos en lo de la nona. El clásico que jamás va a bailar y jamás tiene levante. Mi otra amiga se divirtió un rato mientras yo miraba cual gorda solterona deprimida comiendo helado y mirando “P.S: I love you”

Jamás me fue TAN como el culo. Todos pelotudos y ninguno de esos pelotudos merecía mi tiempo. Juro que si por lo menos alguno cumplía con mis requisitos físicos, me importaba muy poco su calidad cerebral, pero todos tenían lo que NO tenían que tener. El que no era gordo peludo, era más bajito que yo con un codo en lugar de nariz y un lenguetazo de vaca en el pelo. Es increíble. ¡Todavía no caigo! Para mí que alguien me engualichó y hoy estoy sufriendo por ello. ¡¡Quiero el nombre de ese ser hijo de puta que me está cagando la existencia!!