lunes, 13 de junio de 2011

Soltería... bendita tu eres.

Cuando me empiezo a llevar bien con mi soltería, cuando me deja de joder constantemente el hecho de estar sola hace 1 año y bastante tiempo…. Llega el invierno. No me gusta el invierno por varios motivos. Primero: porque odio el frío y tener que salir cual obesa a la calle después de llenarme de abrigo y parecer uno de los teletubbis. Segundo: porque el invierno nos genera ganas de dormir y la cama esta fría, por lo que seria genial tener una compañía que sirva como bolsa de agua caliente pero con sentimientos y que nos haga mimos. El invierno no sirve. No logro entender a la gente que dice ser “fanática” del invierno y esperan su regreso como si este fuese Mick Jagger.

Me llevó tiempo aceptar mi soltería. Me llevó tiempo y momentos de mierda conociendo flacos que el mundo debería evitar. Decidí elegir bien antes de salir con alguien. Ya que hace tanto tiempo que estoy sola y vengo de todo un año conociendo pelotudos voy a elegir bien con quién estar para ahorrarme momentos de mierda. Estuve días diciéndome “no voy a salir con cualquiera, voy a quedarme sola hasta que venga uno copado e inteligente. No tengo apuro, no me jode ser la solterona del grupo”. Todo iba bien, hasta estaba empezando a creer mis propias palabras, pero en un día de vida social me enteré de 2 noticias que cambiaron mi pensamiento y mi autoestima.
Primero, que una amiga, inconciente, se va a casar. Si, ¡se va a casar! Se va a casar mientras yo voy a seguir soltera y conociendo pelotudos que sólo van a querer cogerme y no llamarme más. Ya me imagino en plena fiesta corriendo y saltando gordas para atrapar el ramo; ramo que sólo va a ser un motivo más para sentirme presionada por la sociedad para que de una vez por todas deje de ser soltera. Ya me veo sola en la mesa esperando a que alguien me saque a bailar y obtener sólo un guiño de ojo de algún amigo ebrio o de un gordo, viudo, peludo y viejo con ganas de tener una noche “descontrolada” con una pendeja y mucho viagra. No sé si estoy lista para eso. Todavía no me siento en la cima del fracaso como para pasar por esa situación. A muchos les impactaría la noticia de casamiento de una joven amiga. Bueno, a mí me impacta pero más me impacta imaginarme en la fiesta alrededor de viejos verdes, gordas solteronas deseando el ramo y platos de comidas tentadoras desfilar frente a mis ojos y no poder evitar tentarme hasta la indigestión. Por favor… ¡no me inviten a sus casamientos! (o esperen a que esté de novia para casarse e invitarme)

La segunda y deprimente noticia llego tras un consejo que nos pidió a mí y a la inconciente, una amiga que está de novia hace 1 año. Lo recuerdo con exactitud porque se puso de novia al mismo tiempo que yo dejé de conocer al hippie puto, ya que lo había conocido demasiado rápido y me parecía un pelotudo.  Después de ese fracaso con mugre y boxer de los Simpsons tomé la decisión de ser soltera hasta que dure… sigue durando. El punto es que mi amiga nos pidió ayuda con un conjunto para una noche romántica, en pocas y sinceras palabras…para una noche de sexo descontrolado. ¡¡Me cago en mi misma, me cago en mi misma!! ¿Por qué me tienen que pasar esas cosas a mí? Saber que el novio de mi amiga le pidió producción para una noche especial no fue bueno para mi autoestima. Me dieron ganas de tener novio y que me pida jugar a ser una chica Victoria’s Secret.
Hacía mucho tiempo que no me ponía a pensar cosas sexies. Me sentí una soltera sin futuro. Para colmo mi madre me regalo un montón de conjuntos hermosos de ropa interior que también me hicieron dar cuenta que sigo soltera, que los conjuntos siguen guardados en el cajón y que los hombres interesantes están o en vía de extinción o están exiliados en Marte.

Bueno, no es el fin del mundo. Quizá para la despedida de soltera de la inconciente, me puedo estrenar algún conjunto y levantarme algún flaco. Mataría dos pájaros de un tiro pero me estaría convirtiendo en puta….bueno, mejor sigo auto convenciéndome que lo mejor es estar soltera y elegir bien antes de dejar entrar pelotudos a mi vida. No sé, creo que es una buena solución para ahorrar sesiones de terapia. 

lunes, 6 de junio de 2011

Casa nueva,quilombos nuevos. Parte II

Convivir con los pintores y obreros fue una gastroenteritis crónica. Un dolor de huevos. Un dolor de dedos aplastados por la puerta del auto.
Lijaban, llenaban de mugre, pintaban como el culo, volvían a pintar, volvían a ensuciar y dormían la siesta en el living de mi casa. Si, de MI casa. No era agradable bajar por un vaso de agua y ver a 5 gordos transpirados tirados en el piso mientras roncaban y hacían la digestión. Definitivamente, no se lo deseo a nadie. Bueno … quizá se lo deseo a todos los hombres conchudos que pasaron por mi vida pero como ellos también son un asco, dudo que les afecte. Como si eso fuera poco hablaban en guaraní. Jamás voy a saber que decían y tampoco sé si me conviene saberlo. Obviamente tomaban tereré y me llenaban los estantes de mi cuarto con botellas de gaseosas berretas llenas de agua fría. ¡Usen una sola la concha de la lora! ¿Ellos también me quieren dejar recuerdos para que no los olvide? Como si las cumbias del norte que vivían cantando fuesen fáciles de olvidar. Todavía no entiendo cómo sobreviví después de esa semana. ¡Dios existe!

Si para las maniáticas del orden, el temita de embalar es todo un temón, imaginen lo que es el tema de guardar lo que costó embalar. Me mudé un sábado a la mañana, el sábado a la noche ya no había cajas llenas de cosas. El domingo sólo me preocupé en acomodar y el Lunes en intentar estudiar alrededor de cumbias del norte, tereré y guaraní. Jamás me mude tan rápido y jamás me costó tanto estudiar.
Parece que los obreros y pintores fueron contratados para romperme los ovarios y cagarme la serenidad. Yo iba con mis apuntes para todos lados. Encontraba tranquilidad, me sentaba a estudiar y los hijos de puta aparecían por arte de magia al lado mío taladrando mi paciencia. Hasta que se me ocurrió sentarme del lado de afuera de la ventana de mi cuarto. Genial! Paz, tranquilidad, armonía, concentración … que no duro más que 15 minutos. No sé si me lo hacían a propósito o siempre tenían algo para hacer. Lo peor de todo es que los muy conchudos terminaron su labor el mismo día que yo terminaba de rendir. Si hubiese tenido energías para matarlos lo hubiese hecho pero tan solo pensar que tenía que deshacerme de los cuerpos, limpiar la escena del crimen e inventarme una nueva identidad…

Bueno, pero mirándole el lado positivo, la casa quedó genial. Me di cuenta que estoy más gorda, que ahora tengo que empezar a donar ropa y que muchos exs son más pelotudos de lo que una creía.
Dicen que casa nueva, vida nueva. Ok, genial. Ahora a esperar que mi vida nueva venga con un mejor culo, menos celulitis y muchos candidatos para futuro novio lindos, inteligentes y con falta de pelotudez masculina. Cierto, es vida nueva, no un milagro.