sábado, 29 de enero de 2011

Mi vida en el diván.

Como ya todos saben, voy al psicólogo. Digamos que voy desde muy chica. Mi primera experiencia en el análisis de la psiquis fue alrededor de mis 5 años. Los mambos familiares me llevaron a mi primera sesión de terapia.
Pasé por la psicóloga que te hacia dibujar; la que te daba plastilina; la que hablaba con metáforas pelotudas; la loquita fanática de Charly y fumadora de cannabis; la clásica mala onda y por último, luego de unos largos 6 años retomé el diván para contarle mi vida a mi actual psicóloga. Muy buena onda y con frases de Woody Allen en su bolsillo.

Muchos piensan que el psicólogo es un curro más en el mundo. Bueno, digamos que lo es, pero está bueno ser escuchado por otra persona que no sea ni familia, ni amigo ni chongo ni nada por el estilo. A la larga o a la corta el psicólogo te tira la posta. Te hace ver que tu vida no es tan mierda como vos pensabas y que simplemente casi todo tiene solución. Claro, salvo la muerte y el ser padre de @cristianlomass.

Antes de llegar a Arielle (mi psicóloga) yo estaba hundida en un pozo depresivo. Estaba atrapada como los mineros de chi chi chi le le le. Todo era una mierda, todo era mal humor, todo era mala actitud. Digamos que soy una mini esponja. Mientras vos haces miles de cosas que a mí me joden yo las voy acumulando, las guardo, las colecciono hasta que me pudro de juntar mierda y exploto. ¿Cómo exploto? En llanto. Te lloro 2 horas y se me pasa. El punto es que eso pasaba todos los fines de semana. 9 meses siendo soltera me pegaron como el orto. Todas mis amigas con novio o cogiendo los fines de semana y yo… bueh la que probó estar con flacos pero todos le parecían pelotudos. No tenía planes sociales, comía mucho y engordaba. Todas esas calorías se localizaban en mi panza y cadera y mi autoestima estuvo en -100. Un domingo depresivo llegue a la conclusión que necesitaba ser escuchada por un psicólogo. Pensé en Cecilia. La loquita fanática del Say No More y de la onda psicodélica. Fui su paciente cuando tenía unos 6 años y prácticamente no hablaba con desconocidos. La vida se me vino encima y prefería no hablar. Para hacer catarsis me enseñó a pegarle a las almohadas, hundir mi cara en ellas y gritar con todas mis fuerza y también me dijo que era bueno limpiar peceras. Sí, me hacía limpiar su pecera. Creo que le daba paja limpiarla y enganchó a una pendeja protectora de animales y la obligó a hacer catarsis con piedras de colores y moho en el vidrio. Mientras limpiaba los peces y ella me hablaba; largué mi primera frase después de 2 meses de terapia: “me gustan los peces de colores”. Fue un gran avance. Cecilia me regalaba tarjetas psicodélicas con aire porno alemán, me hacía escuchar el disco parte de la religión y me explicaba cada tema. Obviamente todo eso me ayudaba psicológicamente…supongo. El punto es que yo quería ubicar a Cecilia para que sea nuevamente mi psicóloga. Mi vieja, muy a su pesar, la buscó por las cartillas de OSDE pero su paradero es desconocido. Quizá murió de sobredosis o se copó sacando fotos en una montaña del Perú y no volvió más. A mi vieja no le copó la idea que Cecilia fuera mi nueva psicóloga. Le pregunté por qué y me dijo que le jode la idea de que en plena sesión ella me invite a fumar en su nueva pipa unas ricas flores de su mejor plantación… Bueno, ese día me entere que mi ex psicóloga fumaba. ¡¿Cómo no me di cuenta antes?! Era obvio. Su casa olía a sahumerio. ¡¿Cómo no me di cuenta que las hojas que estaban dibujadas en los posters eran chalas y no hojas de un árbol mitológico?!

Llegué a Arielle un día que mi pico depresivo ya había saturado a mis familiares. El novio de mi mamá me recomendó a su ex psicóloga y muy desesperada la llamé el Lunes a primera hora (… Bah a las 2pm). Por suerte vive a 10 cuadras de mi casa. Si eran 3 cuadras más les juro que me buscaba una más cerca. Ella dice que mis problemas con los hombres son porque me busco al que sé que no me va a gustar y que me voy a pudrir fácilmente de él. ¡¡Yo no los busco, ellos me encuentran y me cagan el concepto del amor!!

Como saben, tengo manía por el orden y la limpieza. No tolero los espacios sucios y desordenados. Dicen que eso pasa cuando uno está desordenado por dentro. Está bien. Mi vida era un desorden, un caos. Hace 2 meses que arranqué con Arielle y hace 1 mes que no me preocupo tanto por ordenar y limpiar. Básicamente me da paja. Arielle me está provocando un desorden hogareño increíble pero un equilibrio psicológico bastante bueno. Me está ayudando a superar un montón de cosas…menos mi soltería.
Por suerte Arielle no hace la clásica pregunta de psicólogo… “¿Y cómo te sentís con eso?” ¡¡¡Como el culo!!! ¡¡¡Por algo vengo al psicólogo!!!

2 comentarios:

  1. Pensá positivo.. por lo menos se te tiran los vagos, en cambio yo estoy peor que vos, ni uno blda

    ResponderEliminar
  2. que flashero. entre la chica que comento, la autora y yo no hacemos una jaja. mi unico contacto con hombres es con mis amigos, que por suerte son muchos, y son mejores que cualquier chongo. yo sigo creyendo que existe mi alma gemela en algun lugar de londres, asi que cuando me harte de buscarla y no encontrarla, ahi es cuando me conformare con lo que consiga y amare por comodidad como ahora hace todo el mundo.
    siento que lo ultimo que voy a hacer en mi vida -y solo si no me queda otra- va a ser estar con alguien solo por que me convenga o por que me ame o me trate bien. odio la gente que dice "estoy con el por que me ama y me contiene" y despues se cortan las venas cuando ven pasar a a su amor de toda la vida pero que sucede ser que es un hijo de puta, egoista y que busca de todo menos amor. soy sadomaso y me la banco jajaja
    besotes!!

    ResponderEliminar